martes, 24 de junio de 2014

CANAL DE CASTILLA

El  canal  de  Castilla  es una obra  de  ingeniería  hidráulica realizada entre mediados del siglo XVIII y el primer tercio del siglo XIX. Está situado en las provincias de  Burgos,  Palencia  y Valladolid  y  fue construido para facilitar el transporte del trigo de Castilla a los puertos del norte y de allí a otros mercados externos a la Península. La llegada del ferrocarril le hizo quedar pronto obsoleto para sus fines originales.



Fue concebido como una red de cuatro canales que unirían Segovia con Reinosa, pero solo se construyeron tres ramales (Norte, Sur y de Tierra de Campos). Tiene una anchura que varía entre 11 y 22 metros, y discurre a lo largo de 207 kilómetros, atravesando 38 municipios, uniendo las localidades de Alar del Rey, en Palencia, con Valladolid y Medina de Rioseco, situadas al final de los ramales Sur y de Tierra de Campos.





El canal de Castilla fue el proyecto más importante de ingeniería civil de la España Ilustrada. Pretendía servir como vía de comunicación y transporte para solucionar el problema de aislamiento que sufría la meseta castellana, por un relieve complicado y una deficiente red viaria, que hacía casi imposible el transporte de los productos agrarios de la región.

A mediados del siglo XVIII, el rey Fernando VI y su ministro, el Marqués de la Ensenada, empezaron a pensar en un plan para potenciar la economía de España. El Marqués sugirió a Fernando VI la construcción de una red de caminos y canales de transporte para Castilla, por ser entonces la principal zona productora de cereales. Antonio Ulloa, prestigioso ingeniero, presentó el Proyecto General de los Canales de Navegación y Riego para los Reinos de Castilla y León.

Las obras se comenzaron en julio de 1753 en Calahorra de Ribas, bajo la dirección de Antonio de Ulloa y de Carlos Lemaur, en el tramo conocido como Ramal de Campos. Al año de haberse iniciado se paralizaron, habiéndose construido 25 km, desde Calahorra de Ribas. En 1759, las obras se reanudan cerca de Alar del Rey, iniciándose así la construcción del Ramal del Norte, que se finalizó en 1791.





En diciembre de 1849 comenzó la explotación específica por la Compañía del Canal de Castilla. Tras un periodo de 70 años, revertiría de nuevo al Estado, que lo administró desde la Confederación Hidrográfica del Duero. La navegación comenzó a finales del siglo XVIII, y la época de mayor esplendor tuvo lugar entre los años 1850 y 1860, cuando las barcas que surcaban el Canal superaban las 350.  A partir de la apertura de la línea férrea Valladolid–Alar del Rey, con un trazado casi paralelo al Canal disminuyó su utilización como vía de transporte y comunicación.

Sin embargo los canales siguieron proporcionando otros usos derivados de la fuerza motriz, generando un desarrollo económico e industrial en las localidades por las que discurre y propiciando que se construyeran fábricas de papel, de harinas, cueros, molinos, armas e incluso pequeños astilleros.

El aprovechamiento de la fuerza motriz en las esclusas, molinos harineros y batanes, y la utilización de agua para riego agrícola han sido sus principales usos desde la segunda mitad del siglo XIX. Actualmente se plantea como regadío de las tierras anejas, habiéndose abandonado la navegación en 1959.





Otro recurso muy explotado en el presente siglo comienza a ser la promoción turística de este legado arquitectónico que es el Canal de Castilla. Está previsto iniciar la celebración de un acontecimiento cicloturista, el “Gran Premio Canal de Castilla”, que haga resurgir el pasado esplendor de la zona, a través de la promoción de sus valores patrimoniales y naturales. 

La carrera ciclista puede combinar tramos asfaltados con tramos donde se circularía por las sirgas paralelas a los canales, al estilo de los grandes "tours" europeos, como la París-Roubaix o el Tour de Flandes.


En la actualidad el Canal de Castilla conserva un gran interés histórico y cultural. En sus orillas han surgido “ecosistemas de ribera” y humedales de alto valor ecológico, con vegetación formada por carrizos y  espadañas, junto a olmos, chopos, álamos, fresnos y sauces

Entre la fauna destacan los aguiluchos laguneros y otras numerosas variedades de aves, además de mamíferos, anfibios y reptiles.


Existe un Museo del Canal de Castilla ubicado en Villaumbrales, a  7 km de Palencia, en la margen izquierda del ramal de Campos. El Museo tiene una amplia zona verde, al pie del Canal, en donde se conservan los restos de los astilleros que permitieron la construcción y reparación de las más de 350 barcas que llegaron a surcar el Canal, a finales del siglo XIX.




El Museo se alberga en la Casa del Rey, un edificio de piedra de sillería, madera y ladrillo visto datado de finales del siglo XVIII, y con el escudo real de Carlos IV. Tiene dos plantas dedicadas a exposición museística y una planta bajo la cubierta reservada a la gestión e investigación. La planta baja alberga una gran maqueta del Canal en torno a la cual discurre una pasarela que permite "recorrer a vista de pájaro" los trazados de los tres ramales que componen la obra.

A través de elementos audiovisuales, interactivos digitales, planos, maquetas y vitrinas, el visitante podrá conocer de primera mano cómo se gestó el proyecto, cómo fue el largo y complejo período en que el canal fue construido, y cuáles han sido sus usos a lo largo del tiempo.



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