Salida de Valladolid. Zaratán. Hacia
Wamba. Ciguñuela. El Aeropuerto de Valladolid. Villanubla. Wamba. Los reyes
visigodos. El Monasterio de Santa María de Wamba. Peñaflor de Hornija. El
Monasterio de la Santa
Espina. Castromonte. La Mudarra. Val verde de
Campos. Llegada a Medina de Rioseco.
El viajero, desde la Estación de autobuses, se
acerca al Paseo de Zorrilla, donde desayuna, en una cafetería, unos bollos
típicos de la ciudad, que no ha visto en ningún otro sitio. Busca una iglesia,
en el mismo Paseo, para sellar la credencial del Camino de Santiago. Encuentra
una enseguida, y continúa por el Puente García Morato hacia la carretera de
León, cruzando el río Pisuerga. A primera hora de la mañana unos piraguistas
recorren tranquilamente el río hacia el Puente Colgante, más al sur del puente
por donde ha pasado el peregrino.
Rio Pisuerga
Después de cruzar el río se entra en el Barrio de
Los bordes de la carretera aún están urbanizados, y tienen paseos peatonales a cada lado de las dos calzadas. Antes de llegar a la autovía de circunvalación se pasa otra rotonda con un desvío a la derecha que indica dirección a León. Otra carretera, hacia el frente, se dirige a Zaratán, cruzando por debajo de la autovía. Nada más pasar la autovía se llega a las primeras casas del pueblo. Unos talleres mecánicos están al borde de la carretera.
Zaratán es una pequeña villa que
perteneció a los Templarios en la época medieval y tuvo un recinto amurallado
que no se conserva. Pedro I el Cruel estuvo en el pueblo antes de la batalla
de Montiel, donde perdió la vida y la corona a manos de su hermano Enrique de
Trastámara. En tiempos de los Reyes Católicos floreció económicamente la
"aljama" judía de Zaratán. Los comuneros pasaron por aquí con un ejército
de siete mil hombres camino de Torrelobatón, villa del Almirante Enríquez, que
apoyaba al Emperador.
Entra en Zaratán por donde estaban las
"eras" de este pueblo agrícola y ganadero, cuya pequeña industria
panadera abasteció durante muchos años a la capital. Hace uno de los días más
calurosos del verano, y recorre sus calles estrechas y mal empedradas buscando
un bar donde saciar la sed. Encuentra uno junto a la plaza en la que hay una
fuente y varios coches aparcados. Frente al bar está el Ayuntamiento de la
localidad. Zaratán tiene alcalde ordinario desde la época de Carlos IV, en
1789. Anteriormente dependía de la abadesa del Monasterio de las Huelgas, de
Valladolid, con el que tuvieron los vecinos innumerables pleitos durante toda la Edad Moderna.
Iglesia de Zaratán
La iglesia parroquial, en la zona más alta del pueblo, está dedicada a San Pedro Apóstol. Cuando llega a sus proximidades observa que tiene una fachada de mampostería y piedra de sillería, con un arco truncado en la puerta principal. En el interior se pueden ver bóvedas góticas y motivos ornamentales de transición al estilo renacentista. Junto a la iglesia hay un claustro con columnas de aspecto dórico, aunque de moderna construcción. En el pueblo hay también una ermita a Santa María de
Desde las últimas casas de Zaratán, por
la carretera de Wamba, el viajero recorre las estribaciones de los Montes
Torozos y los altos páramos calizos que los rodean por el lado sur. Durante la Edad Media este espacio
geográfico constituyó una ruta muy transitada desde las tierras de León a la
zona norte de la Sierra
de Guadarrama. La calzada romana que llegaba a Simancas desde Segovia
continuaba por el término municipal de Wamba hacia el norte.
El caminante pasa por el cruce de Ciguñuela una hora después de haber salido de Zaratán. El pueblo está situado a dos kilómetros de la carretera de Wamba. Ciguñuela está en el centro de una hondonada, entre los campos de cereal, de los que solamente sobresale en el horizonte la torre de la iglesia, dedicada a San Ginés. Es un templo reedificado en 1754, sobre otro anterior del siglo XVI. La iglesia tiene en su interior una sola nave con crucero y conserva un crucifijo de madera policromada del siglo XV.
Torre de Ciguñuela
La
gran altura de la torre, que permitía divisar toda la extensión de los Montes
Torozos, sirvió para enviar señales con hogueras entre los castillos de
Simancas, Villanubla y Peñaflor de Hornija. Por Ciguñuela pasaba una cañada de
la Mesta , que
unía la provincia de León y la de Segovia. Todavía se ven ovejas por esta zona,
y pocas cigueñas, a pesar del nombre del pueblo, según los más viejos del
lugar.
La carretera de León, desde Zaratán,
inicia una creciente subida hasta la alta paramera de Villanubla. Allí esta el
Aeropuerto de Valladolid. La pista de aterrizaje cruza la antigua carretera de
Medina de Rioseco, por lo que el Aeropuerto tiene que rodearse por la derecha
o por el núcleo urbano de Villanubla, en la carretera de Wamba. Junto al
desvío de Villanubla sale otra carretera a Fuensaldaña, donde actualmente se
encuentran las Cortes de Castilla y León.
Aeropuerto de Villanubla
En Villanubla hay una Base militar y un Observatorio Meteorológico,
que mide las características climáticas de la zona. Desde las mismas
instalaciones del Aeropuerto se miden temperaturas, humedades relativas y
velocidades del viento, entre otras variables físicas. Villanubla es un pueblo
blanco, que en otro tiempo se llamó Fuentes Claras. Su nombre actual hace honor
a los días nubosos del invierno sobre el páramo vallisoletano.
Por la localidad pasa el arroyo
Hontenija, en el que siempre ha habido molinos de cereales, muy conocidos en
la comarca. Aquí nació el cardenal primado de Toledo Marcelo González.
Todavía se conserva la antigua Casa de la Inquisición , de la que
se cuenta, que el zaguán estaba empedrado con huesos humanos. Por encima de
las casas del pueblo no dejan de pasar los aviones con un ruido ensordecedor.
Es muy famosa en Villanubla la
Cofradía del Cristo del Consuelo, que llaman "El Cristín",
y el baile del "paloteo", que desde hace mucho tiempo alegró todos
los acontecimientos festivos del pueblo.
Wamba
El viajero se acerca a Wamba, en el corazón de los Montes Torozos, posiblemente la antigua "Gerticos", que cambió de nombre al morir el rey godo Recesvinto, en honor al nuevo rey, que debía ser oriundo de la zona. La primera constancia documental de la localidad es del año 928, en el reinado del rey leonés Fruela II. En el siglo X se construyó el Monasterio de Santa María de Wamba, y lo habitaron monjes mozárabes emigrados de territorios del Califato cordobés. En el "Cartulario de Sahagún" se cita al abad Nuño como responsable del cenobio en el año 945.
Desde 1184 rigió el monasterio la Orden Hos pitalaria de San Juan, que favoreció
su desarrollo cultural y artístico. Desde el año 1350 el lugar perteneció al
Infantazgo de Valladolid. Durante la revuelta de las Comunidades las tropas
imperiales acamparon en las proximidades de Wamba algunos días antes de la
batalla de Villalar, hostigando a los bastiones comuneros de Torrelobatón y
Fuensaldaña.
El Monasterio de Santa María, junto a la Plaza Mayor de la
villa, es un conjunto arquitectónico declarado Monumento Nacional
Histórico-Artístico en 1931. Es una construcción que mezcla el estilo inicial
mozárabe del siglo X con el románico tardío del siglo XIII. La iglesia tiene
planta de cruz latina, de tres naves, con tramos separados por pilares, arcos
apuntados y techumbre de madera a dos aguas. El espacio mozárabe, con arcos de
herradura, se conserva en la cabecera, el crucero y el muro izquierdo. En el
interior se albergan nichos funerarios de la familia de Andrés del Arroyo,
beneficiario de la
Inquisición , una cruz mozárabe en piedra, cálices y
custodias.
Junto al claustro del monasterio y el
palacio de la Orden
Hospitalaria se conserva el sepulcro del rey godo Recesvinto,
en piedra caliza, y el osario humano, procedente del ritual funerario de la Orden de San Juan. Además de
la iglesia de Santa María existían en la localidad varias ermitas: la del
Salvador y la de Doña Urraca, ya desaparecidas, y la ermita del Humilladero y
la de la Encina ,
todavía en buen estado.
Por las últimas callejas del pueblo, que ha perdido toda su grandeza antigua, unas mujeres enlutadas cosen en silencio a la puerta de sus casas. En un bar se dan cita algunos hombres del lugar en la interminable partida de cartas de la tarde. Por
Peñaflor de Hornija
Hasta Peñaflor de Hornija hay nueve kilómetros, que le van pesando al
caminante a esta hora de la tarde, con un sol que todavía calienta sobre su
cabeza. Las casas de Peñaflor están colgadas sobre el valle del río Hornija, y
sobre ellas la iglesia parroquial dedicada a Santa María. Peñaflor es una
pequeña localidad torozana agrícola y ganadera. La Con centración Parcelaria
modernizó y amplió las unidades agrarias de Peñaflor de Hornija desde 1954. Una
Orden ministerial de ese año 1 estableció los coeficientes de
compensación de las tierras de cereal, huerta y erial de la localidad. Desde entonces
hay más tractores en sus caminos y en sus tierras, además de rebaños de ovejas
y de mulos de labor.
El viajero iba a visitar el Monasterio
de la Santa Espina ,
pero está la tarde avanzada y quiere llegar hasta Medina de Rioseco antes del
anochecer. El Monasterio de Santa María de la Espina está situado junto al río Bajoz, unos kilómetros
al oeste de Peñaflor de Hornija, en un verde valle, que contrasta con los
campos secos de la meseta castellana. El Monasterio se fundó en 1147 por Doña
Sancha, hermana de Alfonso VII, y fue ocupado por monjes cistercienses. En el
año 1559 Felipe II conoció aquí a su hermanastro Don Juan de Austria, que había
pasado su infancia en Villagarcía de Campos, localidad próxima, con la familia
Quijada, mayordomos del Emperador. La iglesia inicial es del siglo XII, rehecha
en los siglos XV y XVI. El Monasterio fue abandonado después de la desamortización
de Mendizabal y ha sido restaurado en 1960.
Al salir de Peñaflor por el lado norte
del pueblo se cruza el río Hornija y se continúa siguiendo las flechas amarillas
por un camino que conduce a Castromonte a través del Monte de San Lorenzo.
Castromonte es una localidad de unos quinientos habitantes, que fue un castro
romano y una villa fortificada en la Edad Media. Tiene una iglesia dedicada a la Purísima Concepción ,
de tres naves con bóvedas de crucería. La torre, construida en el siglo XVI,
tiene una cúpula barroca. En el interior hay un Retablo Mayor con una imagen
del Calvario y otra de la
Concepción. En el pueblo hubo fábricas de cestería y telares
de lienzo. Pablo Rodríguez, apodado "Blas Pajarero", natural de la
localidad publicó un libro sobre la comarca, llamado "Retazos de
Torozos", en el que describe la vida y costumbres de estas tierras.
Monasterio de la Santa Espina
Cerca de Castromonte, en la carretera
de Valladolid a Medina de Rioseco está La Mudarra. En este
pueblo hay un centro penitenciario y una central eléctrica de alta tensión.
Torretas y cables llenan el horizonte, y cuando se pasa por debajo de ellos se llegan
a sentir los enormes campos magnéticos que se generan al paso de la corriente
eléctrica. Se cuenta que La
Mudarra la fundaron los gallegos que venían a segar a
Castilla y que fue un arrabal alejado de Medina de Rioseco.
Buscando la carretera
de Valverde el viajero sale de Castromonte. Valverde está en el principio de
la Tierra de
Campos, comarca que ocupa parte de las provincias de León, Zamora, Palencia y
Valladolid. Es un pueblo pequeño, con palomares y campos de trigo, al que
impide crecer la proximidad de Medina de Rioseco. Llega a la plaza, donde
está la iglesia, construida en una mezcla de diversos estilos. Tiene una espadaña
con una sola campana.
De Valverde de Campos se sale por la
misma carretera que se ha entrado, y puede seguirse el trazado del antiguo
ferrocarril de Valladolid a Villalón de Campos, al que se llamó "El tren
burra", quizá por su poca velocidad. Ahora está desmantelado y solamente
queda en el recuerdo de algunas gentes y en su antiguo camino sin vías. Se
pasa por la ladera del cerro Mirabel y del cerro Caballeros, las últimas
estribaciones, por el norte, de los Montes Torozos, y llega a Medina de
Rioseco cuando las primeras sombras de la noche hacen su aparición sobre la
ciudad.
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