Catedral de León
La Catedral
de León, llamada también Pulchra
Leonina, es la tercera gran iglesia del gótico
clásico erigida en la Corona
de Castilla, iniciándose su construcción en la segunda mitad del siglo XIII.
Fases constructivas
El gran edificio de estilo gótico, que vemos
actualmente, reemplazó a otro templo románico, de menor tamaño, que se construyó junto a la muralla en el siglo XII. En este lugar había unas termas romanas desde el
siglo II.
Hacia 1275 se inició la construcción de la Catedral gótica. En sus comienzos, la obra fue dirigida por el
Maestro Simón, y posteriormente trabajó
allí el Maestro Enrique, que también intervino en Burgos, y que murió en el año
1277. Después un nuevo maestro burgalés, Pérez, recogió la herencia del maestro
Enrique y continuó el trabajó hasta finales del siglo XIII.
A finales de siglo XIII y primeras décadas del
siglo XIV se construyó el claustro. Las torres se remataron posteriormente al
siglo XVI. En el siglo XVII algunas bóvedas del edificio se desploman y se
construye una cúpula barroca sobre el crucero. Un siglo después se añaden
pináculos para asentar el brazo sur del
transepto.
En el siglo XIX Juan Madrazo, arquitecto
medievalista y conocedor de la arquitectura gótica, elimina la cúpula
barroca y hace un proyecto basándose en Viollet-Le-Duc para reconstruirlo en estilo gótico. Este proyecto lo realizó finalmente Demetrio de los Ríos. En el 1901 se
abrió de nuevo la catedral.
Arquitectura
Sin duda, la Catedral de León es la más parecida a las grandes
catedrales francesas entre las catedrales góticas españolas del siglo
XIII. Su relación con la catedral de Reims es evidente en la planta y a Amiens y Beauvais, en las fachadas.
La planta de la catedral tiene tres naves
configuradas con tramos y un transepto desarrollado como cabecera rodeada de una
girola simple, configurada en tramos trapezoidales y con capillas radiales.
Interior de la Catedral
Las naves de la catedral de León se cubren con una
bóveda de crucería en tramos rectangulares. El crucero se hace con una bóveda,
que sustituyó a la cúpula barroca del siglo XVII en las obra acometidas a
finales del siglo XIX con el fin de guardar coherencia con el resto de la
construcción.
Las torres se encuentran desplazadas al
exterior, flanqueando el hastial occidental sin colocarse sobre las naves
laterales. Las portadas del Juicio Final, San Juan y San Francisco se completan
con los muros y las vidrieras policromadas.
Una de las características de la arquitectura de
la Catedral
de León, que le añade espectacularidad al conjunto de vidrieras es que el
triforio se cierra al exterior con un conjunto de vidrieras, que enlazan con el
ventanal superior. Este caso es propio del gótico francés de finales del siglo
XIII.
La cabecera
también participa del proceso de desmaterialización de los muros al poseer un triforio
en el alzado. Afortunadamente, esta cabecera se puede observar desde el
exterior por lo que se aprecian las estructuras del conjunto, con sus
contrafuertes y arbotantes.
Escultura
en la catedral de León
Como es propio de la arquitectura gótica, la
escultura desaparece del interior del templo y se realiza en el exterior, junto
a las grandes y monumentales fachadas y puertas.
Conjuntos escultóricos se han
conservado en la fachada occidental, y en las puertas de los brazos del transepto,
tanto al sur como al norte, aunque en este último caso no sea visible desde el
exterior.
El tiempo de construcción de estos complejos
escultóricos va desde 1265 hasta 1300. Sin embargo, hay que considerar que,
incluso dentro de la misma puerta, las fechas de las esculturas pueden variar
décadas. Además, algunas estatuas de las jambas fueron renovadas en el siglo
XV, momento de gran actividad artística en León.
Fachada occidental
La fachada occidental tiene tres grandes puertas. El principal protagonismo de la iconografía
escultórica recae sobre la
Virgen María. El estilo gótico clásico confiere a la Madre de Dios un gran
protagonismo, iniciado un siglo antes por San Bernardo de Claraval,
representante destacado del movimiento cisterciense, de gran importancia en las
construcciones religiosas del Camino de Santiago.
Puerta de la
Virgen Blanca
La puerta central de la fachada oeste se llama
de la Virgen Blanca
y está dedicada al Juicio Final, sin olvidar la devoción mariana. En el tímpano
se esculpió la escena del Juicio presidida por Cristo mostrando las
llagas de sus manos y del costado. Al su lado los ángeles portan los
instrumentos de la pasión. En los lados la Virgen María y San
Juan ruegan por los hombres en el juicio que va a comenzar. Esta iconografía tiene su precedente inmediato
en la Puerta
de las Tornerías de la catedral de Burgos y en todo lo realizado en Francia
durante el siglo XIII.
Puerta de San Juan
La puerta norte o Puerta de San Juan se construyó
entre 1275 y 1280. En el tímpano se muestra el Ciclo de la Natividad de Jesús:
Visitación, Nacimiento, Adoración de los Pastores, Herodes, Epifanía y Matanza
de los Inocentes, con un gran sentido narrativo.
En las arquivoltas aparece una alusión del árbol
de Jessé, en relación con la genealogía de Cristo e historias relacionadas con
la vida de San Juan Bautista.
Puerta de San Francisco
El registro inferior muestra la muerte de la Virgen. Aparecen
los Apóstoles dispuestos a enterrarla. En el registro superior aparecen dos
ángeles coronando a la
Virgen. María aparece junto a Cristo que la bendice en un
trono y ambos están rodeados por ángeles.
Fachada del hastial del brazo sur del transepto
En esta fachada sur se abre una triple puerta accesible desde el exterior.
Puerta del Sarmental
La portada central se llama Puerta de Sarmental.
Su iconografía está ligada a la visión apocalíptica de San Juan con Dios todopoderoso
flanqueado por símbolos tetramórficos. Además, los cuatro evangelistas aparecen
en los extremos escribiendo los relatos evangélicos.
Se trata de una transposición de la
puerta del mismo nombre de la catedral de Burgos, de un estilo muy diferente,
aunque la iconografía sea la misma, lejos del estilo clásico de Amiens, Reims y
del mismo Burgos. Esta portada se realizó entre 1265 y 1275, comenzándose antes
incluso que la fachada occidental de la misma catedral.
Puerta de San Froilán
La puerta este, llamada Puerta de San Froilán,
muestra en su tímpano escenas de la vida del santo, su muerte y el traslado de
sus reliquias a la catedral leonesa. Esta portada tuvo gran importancia en la Edad Media pues por
ella entraba el obispo, al estar situada frente al Palacio Episcopal.
Además, también era empleada por todos los peregrinos a Santiago, que entraban
por una puerta de la muralla cerca de la Catedral para visitar los restos del santo.
Puerta de la
Muerte
La puerta oeste se denomina Puerta de la Muerte y está inacabada ya
que no posee decoración en el tímpano y sólo en las arquivoltas y jambas. Esta
puerta posee una decoración heráldica, ya que estaba relacionada con Fernando
de la Cerda , primogénito
de Alfonso X el Sabio y heredero al trono.
Fernando de la Cerda murió joven, motivo probable por el que,
tras su fallecimiento, la puerta quedaría inacabada. El nombre de Puerta de la Muerte procede de la figura
de un esqueleto con alas, colocado en época posterior en una de las ménsulas.
Puerta de la
Virgen del Dado de la fachada del transepto norte
Se trata de un conjunto no visible desde el
exterior, y únicamente visible desde el interior del claustro. Consta de una
sola puerta denominada de la
Virgen del Dado. Se realizó en la última década del siglo
XIII y conserva importantes partes policromadas.
Muestra en el tímpano una estatua de Cristo, de
pie, dentro de una mandorla, rodeada por ángeles. Las jambas llevan estatuas de
apóstoles y de la escena de la Anunciación. El parteluz muestra a la Virgen María con el
Niño. El tema de la
Anunciación de las jambas es similar al de la Puerta del Claustro de
Burgos, aunque con un estilo diferente.
Conclusión
Sin desmerecer el gran valor de otros edificios religiosos
españoles la gran mayoría de los especialistas consideran que el espíritu que
animó el arte gótico del siglo XIII en Europa, a nivel arquitectónico, se plasmó en esta preciosa
catedral. León, la vieja ciudad romana y medieval, no se podría reconocer hoy
sin la figura de este magnífico edificio.
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