miércoles, 17 de septiembre de 2014

VILLADANGOS DEL PARAMO

20. HACIA VILLADANGOS DEL PARAMO

Salida de León. Trobajos del Camino. Vista de León desde el mirador de la Cruz. Zona industrial. Santuario de la Virgen del Camino. Autopista de Asturias. Valverde de la Virgen. Un café en un mesón. San Miguel del Camino. Urbanización Camino de Santiago. Llegada a Villadangos del Páramo. Un albergue paradisiaco. Visita a Villadangos.


El albergue municipal de León estaba atendido por antiguos peregrinos franceses, que ofrecían voluntariamente su ayuda, durante el verano, para servir a los nuevos peregrinos. A todos los caminantes que habían pernoctado en el albergue se les daba un documento, firmado por el Alcalde, para certifi­car su paso por la ciudad, con la fecha concreta de estancia.


Acababa de amanecer y la mañana estaba fresca cuando pasamos de nuevo por la Plaza de Toros y tomamos el paseo de Papalaguinda, por la orilla del río Bernesga, hacia la plaza de San Marcos. Un buen desayuno en una cafetería, próxima al Hostal del mismo nombre, nos prepara para comenzar el camino hasta Villadangos del Páramo.




Plaza de Toros (León) 

Cruzamos el puente de San Marcos para coger la carretera de Orense, que pasa muy cerca de la vía del tren, al principio del barrio del Crucero. Al lado del río hay un hermoso parque, llamado de Quevedo. El barrio del Crucero se confunde con Trobajo del Camino, que en otro tiempo fue muni­cipio independien­te. Hoy es una barriada obrera e indus­trial, que ha crecido desmesuradamente, ocupando más de dos kilóme­tros de longitud sobre la carretera de Orense.


En Trobajo del Camino hay una pequeña ermita del siglo XVIII, en la que estuvo la imagen de Santiago Matamoros. Actualmente se encuentra en la iglesia parroquial de San Juan Bautista. La vía del tren se cruza por un paso elevado peato­nal mientras la carretera hace un bucle por la derecha para iniciar una subida hacia el Mirador de la Cruz, al final de las casas de Trobajo del Camino.
                       

Iglesia de Trobajo del Camino


La carretera de circunvalación rodea toda la ciudad de León, y se llega a ella nada más pasar el Mirador de la Cruz. Desde allí se puede ver León, en una hermosa vista los días luminosos del verano. Santiago de Compostela está a 342 kilóme­tros, pasando por Orense, y a 297, por el itinerario del Camino.


Un gran número de peregrinos confluye en el Mirador de la Cruz. Algunos de ellos se desvían hacia Chozas de Abajo, por una variante meridional, ligeramente más larga, pero con mayor arbolado que la próxima zona del Páramo leonés, por donde pasa el tradicional Camino francés.


La carretera y el camino discurren paralelamente a la zona industrial durante otro kilómetro, y poco más allá se encuentra el núcleo urbano de la Virgen del Camino, en torno al santuario mariano. El santuario fue diseñado y cons­truIdo por el arqui­tecto dominico Fray Francisco Coello de Portugal.


La Virgen del Camino


El templo es de estructura externa modernista, con un alto campanario en forma de cruz. Tiene en la fachada trece estili­zadas estatuas de bronce, de 700 kilogramos de peso y seis metros de altura, cada una de ellas. Fueron realizadas por el escultor catalán José María Subirachs, que también ha tallado la imaginería en piedra de una de las puertas de la Sagrada Familia de Barcelona. Las trece estatuas representan a los doce apóstoles y a la Virgen María.


En el interior del santuario se respira una atmósfe­ra especial, con una iluminación a través de vidrieras de gran policromía, fabricadas por Roberto Rafols en la ciudad france­sa de Chartres. El retablo barroco es el que había en el templo construido en el siglo XVII. La imagen de la Virgen del Camino, patrona de León, preside el retablo.


Cuenta la leyen­da, y puede verse en las actas del Municipio de la ciudad de León, que la Virgen se apareció al pastor Alvar Simón en este lugar cuando apacentaba a un rebaño de ovejas en 1505. El culto a la Virgen del Camino y la rome­ría que se celebraba en esta zona de la provincia se describe en la novela "La pícara Justina", que hemos comentado al pasar por Mansilla de las Mulas.


La leyenda atribuye también a la Virgen del Camino el milagro del mercader Alonso de Ribera, que estaba cautivo en Argel por los piratas berberiscos. Según se cuenta, la Virgen lo trasladó directamente a León metido en un arca con cadenas. El arca puede verse entre los exvotos del santuario, en una de las salas del museo.


Un poco más adelante de la Virgen del Camino los peregrinos se cruzan con la Autopista de Asturias, cuyo traza­do ha cambiado la toponimia del Camino. El desvío producido permite el paso de la Autopista a través de dos túneles bajo ambas calzadas. Pasada la Autopista se llega a Valverde de la Virgen, que en otro tiempo se llamó Valverde del Camino. Es un pequeño pueblo en el "Páramo", nombre que los primitivos astu­res asignaban al altiplano leonés, de climas extremados, con grandes fríos en invierno y fuertes calores en verano.








Valverde de la Virgen

En Valverde de la Virgen tomamos un apetitoso café en un mesón de la ruta. El mediodía se va poniendo caluroso y se está bien bajo la sombra de los frondosos árboles que hay en la terraza del bar. La carretera parte el pueblo en dos mitades casi iguales. Valverde es una localidad muy antigua que aparece citada en documentos del siglo X. Tiene una igle­sia parroquial dedicada a Santa Engracia.


Dos kilómetros más allá está San Miguel del Camino, que siempre ha tenido una relación muy directa con Valverde de la Virgen. Actualmente es de mayor tamaño que Valverde y tiene mayores servicios para los caminantes. Entre ambos pueblos hay una zona de praderas separadas por setos y fresnos. En San Miguel del Camino hubo un hospital de peregrinos, desde el siglo XII, que ya ha desaparecido, y una imagen de Santiago, del siglo XV, que ha sido trasladada a León.


Al salir de San Miguel del Camino se inicia una una ligera subida, de nuevo, hacia el páramo leonés. Hasta Villa­dangos hay que recorrer más de siete kilómetros en una llanura reseca por el sol, con muy pocos árboles para cobijarse de sus persistentes rayos. El camino se hace largo entre las subidas y bajadas del terreno y una vista del Páramo continua­mente idéntica.


Un poco más de un kilómetro antes de llegar a Villa­dangos, donde se desvía la carretera de Villanueva de Carrizo, está una nueva urbanización, llamada del Camino de Santiago, con tres hoteles, dos gasolineras y varios restau­rantes, además de los chalets individuales, los depósitos de Gas Butano de León, y la estación del ferrocarril de Palencia a Coruña. Parece un oasis en el desierto páramo leonés.


La carretera llega a Villadangos, después de hacer unas pequeñas curvas, y entra al pueblo por el polideportivo muni­cipa­l, junto a una zona muy arbolada. En estas primeras horas de la tarde hay mucha gente en las pisci­nas para refres­carse un poco. Otras personas salen del polideportivo, de cele­brar el bautizo de un niño, con el aire festivo de la ocasión, y se dirigen a los coches aparcados en los alrededores.             


Albergue de Villadangos


El albergue de Villadangos del Páramo es de cons­trucción moderna, con amplios ventanales y paredes decoradas en color verde. Tiene muy buen aspecto exterior e interior. Hay una zona de literas, en pequeñas habitaciones y un espacio amplio con colchonetas. Está bastante ocupado ya, aunque aún es pronto, y hasta el final de la tarde pueden llegar todavía muchos pere­gri­nos.

                 
El frescor del césped, junto al albergue, invita al reposo después del calor del camino y de una comida reparado­ra. El viajero, según va pasando la tarde, lenta­mente, siente el ambiente paradisia­co, más que lo ha sentido en otras oca­siones anteriores, en otros lugares del Camino de Santiago. Pasa toda la tarde sentado o tumbado sobre el césped, dudando entre ir o no ir a la cercana piscina, comentando las inciden­cias del camino con los otros caminantes que ya conoce y que también están en el albergue: Cristina, Toni y su mujer, Arantxa y su padre,... Fue una tarde muy tranquila.

Después, a la caída de la tarde, paseamos un poco por el pueblo y compramos algunas provisiones para la cena. Visitamos la iglesia de la localidad, en la que está una de las imágenes más famosas de "Santiago Matamoros", presidiendo el retablo del altar mayor, a caballo, y con sombrero de tres picos, típico de la usanza militar del siglo XVIII. Tienen también cierta relevancia los relieves policromados de las puertas del templo representando la victoria del rey leonés Ramiro I sobre Abderra­mán II en los campos de Clavijo.

Villadangos del Páramo está ubicado muy cerca de la antigua "Vallata", la ciudad mítica de los astures. Por aquí pasaba la calzada romana, "Vía Traiana", que iba hasta Asturi­ca, la actual Astorga. La zona se despobló en la época árabe y fue repoblada en los siglos IX y X por cristianos asturianos y mozárabes del sur, que huían hacia las nuevas tierras conquis­tadas por los cristianos para poder practicar con liber­tad la religión de sus mayores.


En tiempos pasados la villa se llamó Fuente de Angos, de etimología desconocida, y Viadangos. Así consta en documentos oficiales desde 1045. En el siglo XII se libró en sus cercanías una cruenta batalla entre las hustes gallegas del Conde de Traba y el Obispo Diego Gelmírez, que apoyaban a la reina Doña Urraca contra los ejércitos aragoneses de su ex-marido, Alfonso I "el Batallador", que habían invadido el reino de León.


Iglesia de Villadangos

En el año 1122 la ciudad pasó a ser un señorío eclesiástico del Obispo de León y en 1277 adquiere la depen­dencia del Monasterio de Carrizo. Posteriormente depende del Alfoz de León y del señorío de Villar de Mazarife. En 1588 se establece el señorío de Villa­dangos, que fue objeto de una transacción comercial con traspaso de la titularidad en 1634. En 1788 el señorío se transforma en marquesado, que es abolido sucesivamente por los gobiernos liberales de la época consti­tucional de Fernando VII y de su hija Isabel II.


La invasión francesa y la posterior guerra de la Independencia fue dramática para Villadangos y su comarca. Los ejércitos franceses mataron y extorsionaron a sus habitantes. Las guerras carlistas también crearon muchas dificultades a esta zona de la provincia leonesa. La guerra de Cuba le salió demasiado cara al Ayuntamiento de Villadangos del Páramo, que hubo de sufragar los gastos de un contingente de soldados.


La llegada del ferrocarril, al final del siglo XIX, y la pequeña industrialización al principio del siglo XX supuso un ligero despegue económico, que se truncó con la guerra civil y la postguerra, hasta los primeros regadíos y la incipiente mecanización de la agricultura a partir de los años sesenta. La agricultura, la ganadería, la explotación de colmenares y palomares, las peque­ñas industrias y algunos ser­vi­cios son las actividades económicas de Villadangos.


Noche en Villadangos

Hacemos un último recorrido por el pueblo, por la carretera, que hace de calle principal y por las calles secun­darias, hasta la enorme arboleda que crece junto al canal, en la salida del camino hacia Astorga. Tomamos un refresco en un bar céntrico y bien acondicionado y nos retiramos, al princi­pio de la noche, hacia el albergue. Preparamos una abundante cena y hacemos una agradable sobremesa con los compañeros del Camino, antes de disfrutar de un sueño reparador, necesario para continuar al día siguiente.




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