4. DE CERCEDILLA A SEGOVIA.
Salida de Cercedilla. Camorritos. Subida hasta la pista forestal de "La República ". Las Dehesas y el valle de la Fuen fría. El Puerto de la Fuenfría. Un paraíso serrano. La Sierra segoviana. Camino de Segovia. Entrada en Segovia.
El viajero llega a Cercedilla, acompañado de Teresa, para continuar su camino hasta Segovia por el Puerto de la Fuenfría. El paso de la Sierra de Guadarrama desde la vertiente madrileña hasta la segoviana es una de las etapas más difíciles del camino por el gran desnivel que hay que superar inicialmente. Desde el Ayuntamiento suben hacia la iglesia parroquial de San Sebastián, de transición románico-gótica, del siglo XIV, con modificaciones de la época barroca. Siguiendo las flechas amarillas y las indicaciones de la guía de viaje que lleva el caminante se sigue subiendo por los barrios más altos del pueblo, se cruza la vía del ferrocarril de Cercedilla a los puertos de Navacerrada y Cotos y se continúa por una carretera paralela a la vía del ferrocarril hasta Camorritos.
Camorritos es una urbanización de chalets en el corazón de la Sierra , completamente rodeada de pinares. Está situada a unos tres kilómetros de Cercedilla. La empinada carretera, en buen estado, permite el acceso hasta las primeras casas de esta localidad. Por la calle Río Guadiana y las colonias de "Las Heras" y de "Los Castaños" se sale de Camorritos. A partir de allí es preciso continuar por un sendero "canadiense", que en continuo ascenso sigue las indicaciones blancas y rojas del GR-10 en las piedras o en los troncos de los árboles. Es dificil seguir en la subida a algunos excursionistas serranos bien pertrechados para este senderismo por tierras agrestes y trochas de la alta sierra. Teresa tiene algunas dificultades para subir. Más adelante se llega a una pista asfaltada construida en los años treinta, durante la segunda Republica Española, que intentó potenciar, de nuevo, el paso de la Fuen fría. Esta pista forestal nos llevó por las laderas de la Sie rra de Guadarrama en poco más de dos kilómetros hasta el Puerto.
Calzada romana
La calzada romana de Titulcia a Segovia pasaba por Cercedilla. Quedan restos de esta vía romana identificados por el ingeniero Antonio Blázquez en 1911: una piedra "miliaria" y varios puentes. La calzada iba desde Cercedilla hasta el Puerto de
El "Libro de la Montería ", de la época de Alfonso XI cita el valle de la Fuenfría. Juan Ruiz en el "Libro del Buen Amor" expresa su deseo de pasar por el Puerto de la Fue nfría, aunque perdido por los vericuetos serranos cruza la Sie rra por Tablada. Cervantes en "Rinconete y Cortadillo" hace a Pedro del Rincón, protagonista de su relato, natural del valle de la Fuenfría. Quevedo , en el "Buscón", indica que en un viaje de Don Pablos por la provincia de Madrid hasta Segovia, pernoctó en la venta de Santa Catalina, entre Cercedilla y el Puerto de la Fuenfría. Mucha importancia debió tener el valle y el paso de la Fuenfría durante toda la etapa medieval y la Edad Moderna para aparecer en tantas obras literarias.
El itinerario actual más idóneo es utilizar la carretera de Las Dehesas, a través del valle de la Fuenfría. Según se va subiendo entre grandes pinares pueden observarse las montañas que limitan el valle: La Peñota , frente a Cercedilla, con 1944 metros de altitud, Peña Aguila, algo más al norte, con 2010 metros de altura, y Cerro Minguete, de 2024 metros . La carretera pasa cerca del "Chalet de Peñalara", de la Real Sociedad de Alpinismo, de la Residencia "Lucas Olazabal", de Ingenieros de Montes, y del Sanatorio antituberculoso de Guadarrama antes de alcanzar los últimos tramos en la provincia de Madrid de la antigua calzada romana. El Puerto o collado de la Fuen fría, de 1796 metros de altitud, cierra el valle por el norte. Ligeramente a la derecha queda Cerro Ventoso, de 1950 metros de altura, y más allá las cumbres de Siete Picos con sus 2138 metros de altitud.
Los segadores gallegos, que venían a Castilla la Nueva para las labores agrícolas estivales, pasaron por este puerto durante más de ciento cincuenta años. En 1778 se abrió al tránsito rodado el Puerto de Navacerrada para facilitar el paso de los Reyes al Palacio de verano de La Granja , y quedó postergado el Puerto de la Fuenfría hasta mediados del siglo XX, en que fue reivindicado por numerosos excursionistas amantes de la Sierra de Guadarrama.
Puerto de la Fuenfría
En el Puerto dela Fuenfría paramos un rato para descansar y comer unos bocadillos. Los excursionistas que habíamos encontrado en la subida también reposaban en lo alto del Puerto. Desde la Fuenfría la estrecha carretera se adentra en un valle paradisiaco, en la provincia de Segovia. La vertiente norte de la Sierra es más fría que la vertiente madrileña. Las plantas en la primavera, cuando retoñan, llevan un retraso de varias semanas en su desarrollo, por la diferencia térmica entre ambas laderas, debido al menor tiempo de exposición al sol de las zonas umbrías segovianas respecto de las solanas madrileñas.
En el Puerto de
A dos kilómetros de iniciado el descenso se encuentran unos restos arquitectónicos del antiguo convento de Casara, que fue de los Templarios. aquí descansaban los Reyes, antes de abrirse el Puerto de Navacerrada, cuando iban a Valsaín y La Granja por el Puerto de la Fuenfría. El toponimio "Fuente de la Reina ", un kilómetromás abajo, tiene relación con estos vijes de los Reyes por el lugar. La Fuente de la Reina se llamó también de Matagallegos, en alusión al paso de los segadores de esta tierra y a lo difícil de la ascensión por la vertiente segoviana del Puerto de la Fuenfría.
En los prados de la zona pacen vacas y caballos. De cuando en cuando se ve algún cervatillo. Hay tan gran número de vacas sueltas que resulta dificultoso atravesar el prado a una distancia prudencial de ellas. Nos miran al pasar como a extraños que alteran su tranquila estancia en el prado. En algunas ocasiones produce un ligero miedo pasar tan cerca de estos animales, ya poco domésticos, aunque aún tranquilos, que viven sueltos y libres en las laderas de la Sierra.
La estrecha carretera baja por el valle dejando a la derecha la cumbre de Cerro Pelado, de 1605 metros de altitud, y a la izquierda las últimas estribaciones de la Sierra de la Mujer Muerta. En la zona existió, en otro tiempo, la llamada Venta de la Fuenfría , y una casa de postas, para cambiar los caballos de las diligencias. Más adelante estaba la ermita de la Virgen de los Remedios.
Por detrás del Cerro Pelado, en las laderas del Puerto de Navacerrada, nace el río Eresma, que después pasará por Segovia. Por el borde oriental de la Sierra de la Mujer Muerta nace el río Frío, que forma el embalse de Revenga, junto a la carretera de Madrid a Segovia, y que después pasa por las Navas de Riofrío, donde está el palacio de caza de Riofrío, que antaño usaban los Reyes. En sus proximidades hay gran cantidad de ciervos y de corzos. Desde un poco más abajo del Cerro Pelado, en un claro del bosque de pinares, abierto a las llanuras segovianas se divisa el embalse de Revenga.
La mujer muerta
El terreno se hace cada vez más llano, según nos acercamos al Cerro de Matabueyes, muy cerca de Valsaín. A la derecha del cerro se desvía la estrecha carretera hacia esta localidad. El caminante y Teresa, que cada vez va teniendo más dificultades en los pies deciden seguir las flechas amarillas que indican el camino por la izquierda del Cerro de Matabueyes. Se inicia un ligero descenso por una ladera entre fincas ganaderas. A lo lejos, a más de ocho kilómetros, puede verse, en los días claros del verano, las torres dela Cate dral de Segovia.
El terreno se hace cada vez más llano, según nos acercamos al Cerro de Matabueyes, muy cerca de Valsaín. A la derecha del cerro se desvía la estrecha carretera hacia esta localidad. El caminante y Teresa, que cada vez va teniendo más dificultades en los pies deciden seguir las flechas amarillas que indican el camino por la izquierda del Cerro de Matabueyes. Se inicia un ligero descenso por una ladera entre fincas ganaderas. A lo lejos, a más de ocho kilómetros, puede verse, en los días claros del verano, las torres de
Seguimos caminando un par de kilómetros más hasta la fuente de San Pedro. Allí encontramos a un ganadero con un automovil "todo terreno". Le preguntamos por el camino que nos falta hasta Segovia y nos dice que se encuentra en buen estado. Debemos salir de la finca donde está el ganado por una puerta que está abierta, aunque parece cerrada, y volverla a cerrar para que no se escapen las vacas. Después atravesamos una carretera que va a La Granja de San Ildefonso y a Navas de Riofrío.
Continuamos camino de Segovia por una zona de praderas y pequeñas lagunas entre las carreteras de Madrid y de La Granja. De cuando en cuando vamos encontrando deportistas segovianos que hacen "footing" en estas últimas horas de la tarde. Nos pasan y nos vuelven a pasar en sentido contrario cuando dan la vuelta hacia Segovia. Según nos acercamos a la ciudad cada vez hay más corredores e incluso algunas personas que dan un largo paseo.
Junto a otras instalaciones ganaderas, muy cercanas a la ciudad, están domando potros unos jóvenes. Por allí pasa el arroyo Clamores, que rodea la zona del Alcazar, antes de confluir en el río Eresma. El camino entra en Segovia por un cuartel del Ejército. Están arriando la bandera y se oyen los toques de trompeta que acompañan al acto. Desde allí se ven los bloques de casas de reciente construcción del Polígono de Nueva Segovia.
Por la carretera de San Rafael, la urbanización Mirasierra y la colonia de San José Obrero vamos llegando a la estación del ferrocarril a Medina del Campo y a Madrid. Continuamos por el paseo del Conde de Sepúlveda, el barrio de Las Lastras y el paseo de Ezequiel González, hasta la estación de autobuses. La iglesia de San Millán está todavía abierta y pasamos a sellar la credencial de peregrinos del Camino de Santiago. San Millán es uno de los templos románicos más monumentales de la ciudad, que no podemos ver porque lo van a cerrar en seguida, y porque nuestro autobús a Madrid está a punto de salir y es el último del día.
5. SEGOVIA
Vista panorámica de Segovia
Iglesias de San Millán y San Clemente. Avenida Fernández Ladreda. El Acueducto. Plaza del Azoguejo. Gastronomía segoviana. Haciala Plaza Mayor. La Casa de los Picos. Iglesia de San Martín. Un café en la calle Real. La Plaza Ma yor. Juan Bravo y los Comuneros. La Catedral. La "Casa del Secretario". Iglesia de San Esteban. El barrio de la "Claustra". Antonio Machado. Iglesia de San Andrés. El Alcázar. Bajada al valle del Eresma. Iglesia de la Vera Cruz. Santuario de La Fuencisla.
5. SEGOVIA
Vista panorámica de Segovia
Iglesias de San Millán y San Clemente. Avenida Fernández Ladreda. El Acueducto. Plaza del Azoguejo. Gastronomía segoviana. Hacia
Iglesia de San Millan
Desde la estación de autobuses el viajero vuelve a pasar por la iglesia de San Millán, que no pudo ver al entrar en Segovia. San Millán es de origen mozárabe y fue construida entre los años 1111 y 1123, por lo que es una de las más antiguas de la ciudad. Tiene cuatro ábsides en su cabecera y dos pórticos laterales. En la torre pueden verse los arcos de herradura, característicos de su estilo arquitectónico. El interior tiene planta de salón con bóveda de cruceria, de estilo hispano musulmán, sostenida con trompas. Anteriormente tuvo una cubierta de madera con un artesonado mudéjar. Entre su imaginería destaca un Crucifijo gótico y una Inmaculada Concepción, del siglo XVII.
La mañana se va paulatinamente calentando cuando el viajero pasa por la avenida Fernández Ladreda camino de la Plaza del Azoguejo. A la mitad de la calle encuentra la iglesia de San Clemente, de la que tantas veces ha oído hablar a su padre. No la ha visto en viajes anteriores a Segovia y va a verla esta vez. San Clemente se construyó extramuros de la ciudad antigua en el siglo XII. Tiene una sóla nave muy amplia en su interior y un ábside semicircular. La torre se encuentra situada sobre el crucero.
Al salir de San Clemente se ve el Acueducto, símbolo de la ciudad. Es el monumento de la época romana mejor conservado. Anteriormente a la conquista de la Península Ibé rica, Segovia fue una plaza fuerte de los arevacos, una ciudad para la guerra asentada en la zona alta próxima al actual Alcazar. "Segobriga", que así se llamó, fue una ciudad administrativa en el centro de la Hispania romana, con una calzada que la unía con Titulcia y Simancas, la vía XXIV del Itinerario de Antonino. El Acueducto, para traer el agua a la ciudad, desde las cercanas fuentes del río Frío, además de algunas estelas funerarias, y otros restos arqueológicos de menor entidad, dan idea de la importancia de Segovia como ciudad romana.
Acueducto
El Acueducto fue construIdo en el siglo I de nuestra era, posiblemente por el emperador Trajano, que era de origen español. También se ha considerado realizado en la época de Nerva. Está hecho con grandes bloques de granito, de la Sie rra de Guadarrama, asentados unos sobre otros sin ningún tipo de argamasa. La parte central, en la Plaza del Azoguejo, alcanza veintiocho metros de altura, con doble arcada, una sobre otra.
En los alrededores de la Plaza del Azoguejo se encuentran los restaurantes más típicos, donde pueden degustarse los célebres platos de la gastronomía segoviana: el cordero asado, el cochinillo, y el postre más característico, el ponche segoviano, una especie de pastel. El "Mesón de Candido", "La Criolla ", y varios otros restaurantes han destacado en los últimos años. El viajero recuerda su niñez y juventud, y las comidas y paseos por la ciudad de Segovia, con sus padres y abuelos, naturales de la zona nordeste de la provincia.
El caminante, desde la Plaza del Azoguejo, entra en la ciudad antigua por la que fue, toda ella, la calle Real, que conduce a la Plaza Mayor y la Catedral. Hoy recibe nombres distintos en diversos tramos. Por la calle de Cervantes, junto a la Plaza del Azoguejo, se inicia una ligera subida, entre restaurantes, mercerías y tiendas de "souvenirs", hasta el principio de la calle Juan Bravo, y de la Casa de los Picos.
Casa de los Picos
En esta zona, además de
La iglesia de San Martín es una de las más importantes del románico segoviano. Tiene uno de los atrios más hermosos de la ciudad de Segovia, que rodea la iglesia por tres de sus fachadas laterales. La torre destaca sobre el centro del atrio con tres cuerpos de ladrillo y ventanales de medio punto. Es de estilo mozárabe, con influencias orientales. La iglesia tiene un ábside lateral, además del ábside central, que ha sido reformado en el siglo XVII. En el interior de la iglesia hay esculturas de San Francisco de Asís, Santa Ana, San Juan Bautista, la Virgen y el Niño, y una Piedad del siglo XVI.
Cerca de la iglesia de San Martín estaba la cárcel de la ciudad, ahora convertida en Archivo y Biblioteca municipal. En ella estuvo preso Lope de Vega, por la denuncia del padre de Elena Osorio, una de sus primeras amantes. Por la calle del Sol, que sale de la calle Real hacia la muralla, estuvo la Puerta de la Luna y la Judería. La sinagoga estaba donde ahora se levanta la iglesia del "Corpus Cristi". Esta zona de la calle Real se llamó de Cintería en otro tiempo. El viajero pasa a tomar un café a una elegante cafetería próxima a la Plaza Mayor , en la parte final de la calle Real, que ahora se llama Isabel la Católica.
Cuando llega a la Plaza Mayor están abriendo las tiendas de "souvenirs" más rezagadas. El sol empieza ya a calentar. Recorre despacio la Plaza Mayor por la "acera del vino", llamada así por ser la zona de venta de bebidas del mercado callejero. Enfrente está el Ayuntamiento, construido en 1625, y el reloj, entre las dos torres. El reloj lleva más de cien años marcando las horas de los segovianos. La Plaza se llamó también de Franco, de San Miguel, y del Trigo, según las circunstancias históricas y políticas por las que pasó la ciudad. El quiosco de la música, actualmente en el centro de la Plaza , se construyó allí mismo, se quitó, y se volvió a poner posteriormente.
En la Plaza Mayor está la iglesia de San Miguel, de estilo renacentista. En ella fue coronada Isabel la Católica. el viajero recuerda que una vez hizo un dibujo de su torre desde un ángulo de la Plaza. Sobre la Plaza Mayor confluyen las calles de San Frutos, del Rehoyo, de los Escuderos, y de la Zapatería. La calle de San Frutos se llamó del Toril porque por ella entraban los toros en la Plaza Mayor cuando se celebraban corridas en los tiempos de los reyes de la Casa de Austia, muy aficionados a ellos. En la calle de la Zapatería estuvo la típica "Posada del Potro".
Desde la Plaza Mayor pueden verse las torres de la Catedral gótica, la última construida de este estilo en España. Fue iniciada su construcción bajo la dirección del arquitecto Juan Gil de Hontañón en 1525, después de que las tropas de Carlos I destruyeran la antigua catedral románica, próxima al Alcazar, para sofocar la rebelión de los Comuneros.
Los Comuneros se levantaron en armas contra las veleidades absolutistas de Carlos I y de sus consejeros flamencos, aprovechando su estancia en Alemania para coronarse Emperador. Juan Bravo fue el caudillo comunero segoviano, que unido al toledano Padilla y al salmantino Maldonado se enfrentaron a las tropas imperiales en Villalar. Aunque no fue una rebelión de carácter popular si contó con el apoyo y las simpatías del pueblo. Se plantearon reformas radicales del Estado, de las Cortes y de los Concejos municipales. La derrota de los Comuneros potenció el absolutismo de los reyes de la Casa de Austria y cortó el desarrollo en Castilla de una posible democracia parlamentaria.
La catedral románica se había construido entre 1114 y 1228, y anteriormente tuvo una función catedralicia la iglesia visigoda de Santa María, situada en esta zona de la ciudad, próxima al primer castillo, previo al Alcázar actual. La catedral gótica se decidió construir en el lugar el antiguo convento de Santa Clara por el mismo Carlos I después de la batalla de Villalar. Las obras no concluyeron definitivamente hasta el año 1792, aunque en 1577 estaba prácticamente terminada la mayor parte del templo.
En el exterior de la Catedral destaca la torre y la fachada de San Frutos, patrón de la ciudad, realizada por Pedro de Brizuela en 1611, en uno de los laterales del crucero. el interior tiene planta de cruz latina con tres naves de altas techumbres con nervaduras del gótico flamígero. Entre las capillas tiene especial importancia una dedicada a Santiago, con uno de los mejores retablos de la Catedral. Otro retablo relevante es el de Juan de Juni en la capilla del Santo Entierro.
Al salir de la Catedral , el viajero vuelve a recorrer la Plaza Mayor. Por la calle de la Trinidad pasa por la Casa de la Audiencia , la antigua "Casa del Secretario", donde vivió Gonzalo Pérez, padre de Antonio Pérez, Secretario de Felipe II. Gonzalo Pérez fue también Secretario de Carlos I, y en el final de su vida profesó en la carrera eclesiástica llegando a ser Arcipreste de Sepúlveda. Diversas leyendas segovianas hablan de lances amorosos en la "Casa del Secretario", quizá protagonizados por Antonio Pérez y la Princesa de Eboli, Ana de Mendoza.
Cerca de allí está la plazuela de San Esteban y la iglesia románica del mismo nombre. la torre de la iglesia de San Esteban es una de las más esbeltas del románico de toda Castilla y León. En el interior de la iglesia hay un Cristo gótico con una de las manos desclavada de la cruz. En los alrededores de San Esteban está el Palacio Episcopal, la iglesia de la Trinidad y el torreón de Hércules, que debió ser parte del recinto amurallado de la ciudad.
Por las calles de Covarrubias, Daoiz y Velarde se entra en la zona más antigua de Segovia, el "Barrio de la Claustra ", donde vivía inicialmente el estamento eclesiástico, desde el siglo XII. Cuadrado y Colmenares han escrito sobre este barrio, indicando que se extendía desde la antigua catedral románica hasta la Puerta de San Andrés. El recinto del barrio, con las calles paralelas de Canongía Vieja y Nueva, estaba cerrado con puertas de molduras bizantinas, respecto al resto de la ciudad. En estas calles habitaban los canónigos de la antigua catedral en casas con miradores a los valles del Clamores y del Eresma, con patios interiores, jardines y huertos. en la zona se concedía el derecho de asilo a esclavos, prisioneros y delincuentes. Otra curiosa costumbre era la prohibición de residencia de "mujeres bellas" según las Ordenanzas de 1247 para preservar la castidad de los canónigos y de los socios de la Iglesia.
En esta zona vivió Antonio Machado durante su estancia en la ciudad entre 1919 y 1931. En la calle de los Desamparados está su Casa-museo en el lugar en que había vivido. Antonio Machado recorrió Segovia en sus largos paseos por toda la ciudad alta, por el valle del Eresma, y camino del Instituto de Segunda Enseñanza, al otro lado del Acueducto, por el barrio del Salvador, donde ejercía como Catedrático de Francés. En Segovia conoció a Pilar Valderrama, la Guiomar de los últimos sonetos. En Segovia escribió algunas "Notas" de los "Complementarios", y poemas al río Eresma, a las torres de las iglesias segovianas, a San Millán, y a la cercana Sierra de Guadarrama.
El viajero continúa hacia el Alcázar por la iglesia de San Andrés, que está situada junto a la Plaza de la Merced. Es una iglesia pequeña con dos ábsides y una torre muy antigua. En el interior hay tres naves con bóvedas de de yesería barrocas y un retablo con cuadros de Alonso de Herrera. Al llegar al patio del Alcázar observa el río Eresma y los fosos del castillo. En este emplazamiento existió un primer recinto fortificado desde el siglo XI. Un siniestro fortuito lo destruyó en 1262 y posteriormente fue ampliado en el siglo XV.
El Alcázar actual tiene una gran Torre del Homenaje, llamada de Juan II, de estructura prismática con altas almenas, construída durante el reinado de Juan II y de su hijo Enrique IV. La sala de la Galera , de la época de Catalina de Lancáster, de forma rectangular, es la más grande del castillo-palacio, además de la sala del Solio y la sala de Piñas. El Alcázar fue utilizado por los reyes de la Casa de Tratámara que residieron mucho tiempo en Segovia, especialmente Juan II y Enrique IV. La zona más moderna del Alcázar, donde está el Patio del Reloj, con sus tejados empizarrados de gran pendiente y sus agudas torres, fue realizada en la época de Felipe II. El Alcázar segoviano es actualmente Archivo General de Guerra y Museo de Armas antiguas, entre las que hay piezas de artillería de los siglos XV a XVIII.
Desde el Alcázar el caminante baja al valle del Eresma por unas escalinatas sobre la pared rocosa. Aunque la mañana está avanzada el sol no llega a estas zonas umbrías de la escarpada ladera. Paulatinamente va perdiendo altura hasta llegar al cruce del río en las proximidades de la capilla de San Blas, muy cerca de la iglesia de la Vera Cruz. Esta iglesia fue construida en el siglo XII por la Orden del Santo Sepulcro, unida posteriormente con la Orden de Malta. Tiene planta dodecagonal con una sóla nave en su interior, un edículo central, y algunas pinturas murales. Las leyendas populares que unieron su nombre a los Templarios consideraban que desde el Alcázar había pasadizos subterraneos que llegaban hasta la iglesia de la Vera Cruz.
El viajero se acerca al Santuario de La Fuencisla por la calle de San Marcos, después de pasar por el convento de los Carmelitas Descalzos, que fundó San Juan de la Cruz. El Santuario de La Fuencisla tiene una gran raigambre segoviana. Aquí hubo una pequeña ermita medieval, que se amplió inicialmente en 1598, y después continuaron las obras durante todo el siglo XVII. En la zona del Santuario ocurrió el famoso milagro de la judía Ester, que fue arrojada desde lo alto de la peña acusada de adulterio, y que llegó al suelo indemne por intercesión de la Virgen. Para conmemorar el milagro se le llamó posteriormente María del Salto. El viajero recuerda otras visitas al Santuario de La Fuencisla , especialmente las bodas de sus primos David y Nieves hace ya varios años.
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