BASÍLICA DE LA REAL COLEGIATA DE SAN ISIDORO
En el año 1063, los reyes Fernando I y su esposa Sancha hicieron consagrar la Basílica de San Isidoro trayendo de Sevilla los restos mortales del santo. Doña Urraca, hija de los reyes, inició y construyó buena parte la iglesia actual, Tras su muerte en 1101 continuaron la construcción Alfonso VII y su hermana la infanta Sancha.
Fachada principal de la Colegiata de San Isidoro
El interior de la iglesia destaca por su conjunto de capiteles, sus arcos de medio punto ligeramente peraltados y su tamizada luminosidad. Es un templo de tres naves con cabecera formada por tres ábsides.
Interior de la Iglesia
En el centro del Altar Mayor se encuentra el trono donde, por privilegio inmemorial, se expone permanentemente el Santísimo Sacramento. En el interior del templete de chapa de plata hay una custodia, y debajo, el arca-relicario con el cuerpo de San Isidoro.
En el exterior son de admirar la puerta meridional o del Cordero y la Puerta del Perdón por donde accedían los peregrinos para conseguir el perdón de los pecados: ambas representan un hito destacado dentro de la escultura románica.
Bajo la iglesia se encuentra la cripta, que fue el Panteón de los reyes de León. El origen es de los tiempos del rey Alfonso V el Noble que tras el paso de Almanzor hizo levantar de nuevo la iglesia y la dotó de dos cementerios, uno en la cabecera y otro en la parte de atrás, como un atrio sin cubrir, dedicado a enterramiento regio; allí depositó los cuerpos de sus padres Bermudo II y Elvira. Fernando I y Sancha reconstruyeron también este panteón, siendo ellos mismos enterrados en él.
cripta
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