jueves, 14 de agosto de 2014

MONASTERIO DE GRADEFES

MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL DE GRADEFES

Desde sus inicios, en 1177, las obras sufrieron varias interrupciones por motivos económicos, lo que hizo que el monasterio de Gradefes tenga varias etapas arquitectónicas. A la primera, de finales del siglo XII y principios del siglo XIII, corresponde la cabecera de la iglesia, la sala capitular y parte del claustro; en el siglo XIV se realizó un amplio transepto que preveía una estructura de tres naves para el cuerpo de la iglesia; en época moderna se construyeron dos nuevas naves: la sur y la central en la que en el siglo XVII se hizo el coro.




Entrada al Monasterio

Del monasterio primitivo sólo quedan la cabecera de la iglesia, parte de la estructura del claustro y la sala capitular. La iglesia de Gradefes es una excepción dentro de la estructura de los edificios cistercienses femeninos por la presencia de una girola. En España la tienen cuatro monasterios, todos ellos masculinos: Moreruela, Veruela, Fitero y Poblet, que fue un modelo a imitar posteriormente. A éstos podrían añadirse los gallegos de Osera y Melón. La iglesia de Gradefes no necesitaba un número excesivo de capillas por lo que éstas se redujeron a tres.







Ábsides


El claustro mantiene la estructura primitiva: arquerías de medio punto sobre pilares. De las dependencias monásticas medievales sólo se conserva la sala capitular en la que destaca, por su originalidad, una entrada constituida por siete vanos, mayor el central, con arcos ligeramente apuntados y apoyados alternativamente en dos o tres columnas. Su construcción debe ser coetánea a la de la cabecera y es quizá la parte del monasterio que tiene mayor unidad.




CARACTERÍSTICAS DE LA VIDA MONÁSTICA EN GRADEFES 

Todas las Iglesias de la Congregación Cisterciense de San Bernardo y todas las monjas de estas congregaciones están consagradas a la  Virgen María. Al final de la jornada la comunidad cantará la Salve a la Virgen
            
La vida monástica en la Congregación Cisterciense se manifiesta en la unión fraterna, en la soledad y en el silencio, en la oración, en el trabajo y en la disciplina de vida.


Vida monástica

Las monjas cistercienses siguen a Cristo bajo una Regla, en una comunidad estable, que es escuela de caridad fraterna.

La comida en común significa y fortalece la concordia entre las hermanas. Por eso comen todas juntas.

Siete veces al día la comunidad se reúne en el coro para cantar las alabanzas al Señor, en las referidas horas de: Vigilias, Laudes, Tertia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas.

La Eucaristía es para estas monjas la cumbre de la vida cristiana y de la comunión de las hermanas con Cristo: se celebrará diariamente para toda la comunidad.


El fin espiritual de la comunidad se manifiesta especialmente en esta celebración litúrgica.

La Congregación es un Instituto Monástico de vida íntegramente ordenada a la contemplación.

Para llevar una vida de oración y mantener trato íntimo con el Señor es imprescindible vivir en retiro, soledad y silencio.

La soledad es necesaria para la interiorización del propio ser. Favorece el trato con el Señor. 




Estatua de la Virgen

El silencio se considera como uno de los valores monásticos más peculiares de la Congregación: asegura a la hermana la soledad en la comunidad; favorece el recuerdo de Dios y la comunión fraterna; abre la mente a las inspiraciones del Espíritu Santo y estimula la atención del corazón y la oración solitaria con Dios.


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