domingo, 12 de julio de 2015

DE NEGREIRA A SANTA MARIÑA

Volvemos al centro de Negreira por la carrera de San Mauro, pasando de nuevo bajo el arco que comunica la capilla, del siglo XVIII, con el pazo de Cotón. En su fachada se pueden ver una docena de escudos de armas pertenecientes a las familias que lo habitaron. Cruzamos el río Barcala, afluente del Tambre que cuenta con un paseo fluvial para disfrute de los vecinos de la localidad. 
En Negreiroa, una pequeña aldea que fue el núcleo original de Negreira, pasamos por la iglesia parroquial y dejamos la carretera al llegar junto a la iglesia de San Julián, construida al final del siglo XVIII, que muestra una sencilla fachada, sobre la que sobresale una torre de dos cuerpos, rematada con una linterna.

Junto a la iglesia, separado por apenas ochenta metros hay un cruceiro, levantado en el siglo XIX y coronado por la imagen de la Virgen Dolorosa, por un lado, y por Cristo crucificado por el otro. Cerca del cruceiro mismo se encuentra una mesa, sobre la que se colocan los Santos durante las procesiones.

A continuación nos da la bienvenida un tramo boscoso que asciende hacia el alto de la Cruz y que sale de nuevo a la carretera cerca de San Mamede de Zas. Pasada la aldea se abandona otra vez la carretera para atravesar un paseo encauzado por muros de piedra y rodeado de variada vegetación. 

Este itinerario nos lleva al núcleo de Camiño Real, que dejamos a mano izquierda.  Camiño Real es un lugar de la parroquia de Aro, todavía en el concello coruñés de Negreira, en la comarca de Barcala. En 2011 tenía una población de 27 habitantes, segun datos del Instituto Nacional de Estatística, 13 hombres e 14 mujeres. 

Nos tomamos un pequeño respiro antes de continuar un trecho de subida, de casi dos kilómetros y medio, con algunos toboganes al final, hasta la siguiente aldea. Llegamos asi a Rapote, en la parroquia de San Martiño de Broño. Rapote es un pequeño núcleo con un banco para el descanso y una fuente de agua potable. 

De nuevo continuamos entre prados y bosques frondosos y, en general, sobre buen firme, se afronta un leve descenso y posterior ascenso hasta llegar a “A Pena”. Pasada la iglesia parroquial de San Mamede, el caminante accede al núcleo de Piaxe y, poco después, puede observar a mano derecha un cruceiro bien conservado. 

El caminante afronta a continuación un nuevo tramo asfaltado, sobre la carretera DP-5603, que le lleva en ascenso desde Portocamiño hasta el núcleo de Cornovo, en un trayecto donde muchos viajeros no dudan en fotografiar los prados verdes que se abren por la derecha en amplia panorámica.

Tras dejar a mano izquierda el cruce que lleva hasta Gorgal y Xallas, el peregrino  se adentra por senderos de tierra hasta una pasarela que salva el “rego de Forxán”. De nuevo entre pinos y eucaliptos retorna a la carretera ya conocida, que le conduce haciendo un tobogán, hasta las inmediaciones de Vilaserío, núcleo con servicios para los peregrinos, al que se accede por un camino que discurre por la izquierda de la carretera.


Pasado el mojón 54,977 retorna de nuevo al asfalto. El caminante continua durante cerca de dos kilómetros por el margen izquierdo de la carretera DP-5603, que avanza entre prados con presencia ganadera. Tras una larga recta y un leve ascenso, un mojón y un cartel municipal desvían al caminante hacia la derecha, hacia el núcleo de Cornado, última localidad del ayuntamiento de Negreira.

A partir de este pueblo el paisaje va cambiando radicalmente debido a la concentración parcelaria. Un pequeño repecho y su posterior bajada por una pista nos permite ver alguna cabaña de vacas entre el pinar y llegar hasta la carretera DP-5604, que seguimos por la derecha durante 400 metros. La dejamos por la izquierda y al poco tiempo llegamos a las cercanías del río Barbeira, donde nos encontramos con una pista agrícola envuelta por cultivos de maíz.

Unos cuarenta o cuarenta y cinco minutos después llegamos hasta el puente sobre el río de Maroñas. Lo cruzamos y entramos en la parroquia del mismo nombre, del Concello de Mazaricos, señalizada con un rótulo de madera. A la entrada nos saludan dos hórreos típicos.

Salvado el pequeño cauce, el caminante circula ya por “As Mariñas”, aldea típica gallega con una iglesia de finales del siglo XII a la que no se acerca la ruta. En el núcleo urbano se anuncian dos casas de turismo rural, no situadas en la propia sirga peregrina.


Continuamos por una pista vecinal hasta Santa Mariña. A la altura del crucero se puede girar a la izquierda hacia el albergue Casa Pepa, con bar restaurante. El Camino sigue a la derecha en busca de la carretera AC-400. Hay que cruzarla con sumo cuidado debido al intenso tráfico rodado. Al otro lado está el bar y el albergue Santa Mariña.