sábado, 26 de julio de 2014

BERNARDINO DE SAHAGÚN



BERNARDINO DE SAHAGÚN (1499-1590)

Fray Bernardino de Sahagún fue un  misionero franciscano, que destacó en

el Nuevo Mundo americano por su gran labor en el campo de la historia y de la
 etnografía mexicana.

Entre los evangelizadores de América encontramos a misioneros que se dedicaron a la  tarea de estudiar a fondo y de manera sistemática el idioma, las costumbres y todo lo que hoy llamamos la cultura de estos pueblos.

Bernardino de Ribera, nació en 1499 en el pueblo leonés de Sahagún, que él hizo famoso agregándolo a su nombre. Estudió en la universidad de Salamanca y en 1524 se ordenó sacerdote. Cinco años más tarde, junto con otros frailes se embarcó, en un viaje sin retorno, para México, donde murió con noventa años en 1590.

Fray Bernardino de Sahagún

Aprendió el idioma “náhuatl”, que era el de mayor difusión entre los indígenas. Sin dejar de ejercer su ministerio sacerdotal, atendió también a la enseñanza y la investigación. Durante unos cuarenta años fue profesor y, por temporadas, rector del Imperial Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco para la formación de los indios y del clero local.

Desde 1540 se consagró con tenacidad a la gran obra de su vida: el estudio de las materias del México anterior a Hernán Cortés, llegando a escribir, entre 1547 y 1577, la “Historia general de las cosas de Nueva España”. Con la consulta permanente de ancianos respetables, de sus propios alumnos y de escribanos, logró recopilar y describir todo lo que se refiere a la vida de los antiguos mexicanos: creencias religiosas, cultos, ritos, historia, calendario, vida familiar, fiestas, labores agrícolas, trabajos manuales, …


Portada del libro

La obra citada consta de 12 libros y está dispuesta en tres columnas paralelas: en español, en lengua náhuatl y otra columna con notas, fuentes y comentarios. Su importancia en el campo antropológico, lingüístico y literario es reconocida por todos los que la conocen. El etnólogo Miguel Acosta Saignes afirma:

«Sahagún fue un genial precursor de la etnografía... Con irreprochable método que siglos más tarde habría de hacer suyo la etnografía, Sahagún preparó una sinopsis de la obra que se proponía, para recoger, conforme a ella, el material necesario. Consultó informantes, a quienes consideró absolutamente idóneos, y sometió el material recogido y elaborado a sucesivos mejoramientos hasta cuando, ya cernido, consideró suficiente su empeño. Deseoso de no faltar a la verdad anotó las circunstancias en las cuales recogió informes, los nombres y conocimientos de quienes con él trabajaron y los repasos a los cuales hubo de someter la Historia».

        Fray Bernardino tuvo el apoyo de sus superiores eclesiásticos, aunque algunos también se opusieron y lograron detener por algunos años el avance de la obra, pensada como un manual para la formación de los misioneros.

En sí misma, la “Historia general de las cosas de Nueva España” es también una respuesta a la mentalidad de esos conquistadores y eclesiásticos que fueron partidarios del método de la “tabla rasa” en todo lo que se refería a las creencias religiosas de los indios. Sus opositores lograron incluso tener una real cédula de Felipe II, con fecha 22 de abril de 1577, prohibiendo la publicación y difusión de los manuscritos de fray Bernardino.

Este libro quedó inédito hasta 1829-1830 en que se publicó en México el texto castellano. Muchos otros escritos suyos, tanto en castellano como en náhuatl, siguen inéditos o se perdieron.

Pero la sola Historia general es suficiente para que fray Bernardino de Sahagún permanezca como obligado punto de referencia para el conocimiento del México antiguo y moderno. (1)

Fray Bernardino de Sahagún y su método de investigación

Con fama de hombre fuerte y gran trabajador, sobrio, prudente y amoroso con los indios, dos notas parecen esenciales en su carácter: la tenacidad, demostrada en 12 lustros de pródigo esfuerzo en favor de sus ideas y de su obra; y el pesimismo, que ensombrece con amargas reflexiones el fondo de su escenario histórico.

Vivió en una época de transición de dos culturas, y pudo percatarse de que la mexicana iba a desaparecer absorbida por la europea. Se adentró con singular tesón e inteligencia en las complejidades del mundo indígena. A sus trabajos escritos como evangelizador, historiador y lingüista, les dio diversas formas, corrigiéndolos, ampliándolos y redactándolos como libros distintos.

Escribió en náhuatl, idioma que dominó a la perfección, y en castellano, agregando algunos textos en latín. Desde 1547 empezó a investigar y recopilar datos acerca de la cultura, creencias, artes y costumbres de los antiguos mexicanos. Para llevar a cabo su tarea con éxito, inventó y puso en marcha un método moderno de investigación, como:

a) Hizo cuestionarios en náhuatl, valiéndose para elaborarlos de los estudiantes del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco avanzados en el conocimiento de latín y castellano, al tiempo que eran peritos en náhuatl, su lengua materna.

b) Estos cuestionarios los leyó a los indios que encabezaban los barrios o a quienes le mandaron indígenas ancianos que le prestaron inapreciable ayuda y se les conoce como los “Informantes de Sahagún”.

Éstos informantes eran de tres lugares: Tepeapulco (1558-1560), donde elaboraron los Primeros memoriales; Tlatelolco (1564-1565), donde hicieron los Memoriales con escolios (a ambas versiones se les identifica con los llamados Códices matritenses); y la Ciudad de México (1566-1571), en donde realizó Sahagún una nueva versión, mucho más completa que las anteriores, ayudado siempre por su equipo de estudiantes de Tlatelolco. Este tercer texto definitivo es la “Historia general de las cosas de Nueva España”.



Mapa de Tepeapulco

Los curiosos destinos de su obra

En 1570, por razones económicas, paralizó su obra, viéndose obligado a redactar un sumario de su Historia, que envió al Consejo de Indias. Este texto está perdido. Otra síntesis se envió al papa Pío V, y se conserva en el Archivo Secreto Vaticano. Se titula “Breve compendio de los soles idolátricos que los indios desta Nueva España usaban en tiempos de su infidelidad”.

Por intrigas de los frailes de su misma Orden, el rey Felipe II mandó recoger, en 1577, todas las versiones y copias de la obra de Sahagún, ante el temor de que los indígenas siguiesen apegados a sus creencias si éstas se conservaban en su lengua. Cumpliendo esta orden terminante, Sahagún entregó a su superior, fray Rodrigo de Sequera, una versión en lengua castellana y mexicana. Esta versión la llevó a Europa el padre Sequera en 1580, se la conoce con el nombre de Manuscrito o Copia de Sequera y se identifica con el Códice florentino.

Fue Sahagún creador de un método riguroso de investigación científica, si no el primero, puesto que fray Andrés de Olmos se le adelantó en tiempo de sus indagaciones, sí el más científico, por lo que se le considera el padre de la investigación etnohistórica y social americana, anticipándose dos siglos y medio al padre Lafitan, generalmente considerado por su estudio de los iroqueses como el primer gran etnólogo. Logró reunir un extraordinario arsenal de noticias de boca de sus informantes, relativas a la cultura mexica.

Las tres categorías: lo divino, lo humano y lo mundano, de honda tradición medieval dentro de la concepción histórica, están todas en la obra de Sahagún. De ahí que exista una estrecha relación en el modo de concebir y escribir su Historia con la obra de Plinio el Viejo y Alberto Magno.

Su Historia, que es una enciclopedia de tipo medieval, modificada por los conocimientos renacentistas y los de la cultura náhuatl, presenta la labor de varias manos y varios estilos, ya que intervino en ella su equipo de estudiantes desde 1558, por lo menos, hasta 1585. En ella se percibe con claridad meridiana su filiación a la llamada Escuela de México-Tenochtitlan, de mediados del siglo XVI, con el estilo «azteca revivido».

Toda esta abundante y magnífica información permanecía en el olvido, hasta que Francisco del Paso y Troncoso -profundo conocedor del náhuatl y gran historiador- publicó los originales conservados en Madrid y en Florencia con el título de “Historia general de las cosas de Nueva España”. (2)


Portada del libro

Actualmente existe una ciudad industrial en el Estado de Hidalgo que lleva su nombre, Ciudad Sahagún, en su honor.


Estatua de Fray Bernardino de Sahagún



1 comentario:

  1. Nuevamente pedimos disculpas por el retraso de nuestra última publicación.

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