“Espeso, dulce y caliente”, así dicen las tradiciones orales
que era el chocolate a la taza que se elaboraba en la ciudad de Astorga desde el siglo
XVII.
Elaboración del chocolate "a la taza"
Astorga vive hoy fundamentalmente del turismo y del pequeño comercio. Hay además algunas industrias alimentarias entre las que destaca la del chocolate, de gran importancia en otro tiempo y minoritaria en la actualidad.
Hernán Cortés trajo a España
el primer chocolate en 1520, alimento habitual en las culturas azteca y maya. A
partir de esa fecha el monopolio español sobre el cacao produjo la aparición
de obradores y fábricas en nuestro país.
No hay ningún estudio antropológico riguroso sobre la
industria del chocolate en Astorga, pero todos los artículos y referencias
publicadas apuntan tres causas fundamentales para su implantación en la ciudad:
- El
hecho de que fueran los arrieros maragatos los que dominaban el transporte
de mercancías desde los puertos gallegos al interior de la península. Ello facilitaba
el suministro de cacao a la ciudad así como el traslado posterior del
chocolate ya elaborado.
- La ciudad poseía un clima frío y seco, ideal para el enfriamiento rápido del
chocolate sobre el suelo, procedimiento que se utilizó para su producción hasta la aparición
de las cámaras frigoríficas.
- La tercera causa apuntada es que Astorga era capital de una diócesis muy extensa y densamente poblada, con un gran número de eclesiásticos y monasterios, muy dados al consumo de chocolate.
Pastillas de chocolate
El viajero que llegaba a Astorga en los años cincuenta se encontraba con una ciudad dedicada al dulce: el chocolate y las mantecadas. Su olor impregnaba el ambiente en los días todavía calurosos de otoño y primavera, un olor penetrante, como de algo quemado, que salía del suelo, al macerar el cacao para convertirlo en chocolate.
La ciudad estaba
formada por tiendas, gentes que iban y venían, fábricas de chocolates,
churrerías, mantecadas en las confiterías, y al fondo la Catedral y el Palacio
episcopal. Al otro lado la Plaza
de Santocildes y el Ayuntamiento.
En la Astorga de esta época, en la Cámara de Comercio se
afiliaban hasta treinta y nueve fabricantes de chocolate, con residencia en la
ciudad, y otros cuatro en San Justo de la Vega. La etapa más boyante del chocolate transcurrió
entre los años cuarenta y sesenta, del pasado siglo XX.
La tableta de chocolate inicial, la libra, pesaba466 gramos , de ahí el
nombre. Pero con los años la libra pasó a pesar 400 gramos , o 350, incluso 300 y hasta 250 gramos . Ahora mismo,
en las fábricas astorganas las tabletas de chocolate se hacen de 300 o 400 gramos , en sus
formatos más habituales.
La tableta de chocolate inicial, la libra, pesaba
EL
MUSEO DEL CHOCOLATE
El Museo del Chocolate ofrece un recorrido por la historia de la industria chocolatera de la ciudad de Astorga desde el siglo XVII hasta la actualidad.
Está situado en la calle José María Goy, nº 5, desde el año 1994, en un edificio monográfico en el que se puede seguir la historia del cacao para su transformación en el prestigioso chocolate de la zona.
El origen de este museo especializado es una iniciativa del comerciante y coleccionista José Luis López García, que investigó la importancia del pasado y el presente de la industria chocolatera y su influencia en la historia de la ciudad.
Interior del Museo del Chocolate
La sede actual del museo fue un almacén comercial del fundador, que tras varias reformas lo adaptó para acoger la amplia colección de utensilios de su propiedad, distribuida en cuatro salas. El ambiente recuerda a una casita de chocolate transmitiendo su espíritu dulce y acogedor.
En
primer lugar se describe cómo era la elaboración primitiva del
chocolate, que consistía en “elaboración a brazo”, un
procedimiento manual y originario de las antiguas culturas precolombinas. Este
método perduró a lo largo de 200 años, hasta la incorporación de las máquinas,
surgiendo la “elaboración del chocolate a la piedra”.
La
incorporación de máquinas al sistema productivo del chocolate, movidas
inicialmente por la fuerza hidráulica y más tarde por la energía eléctrica, supuso
una verdadera revolución que permitió aumentar la manufactura chocolatera.
Pueden
verse tazas, platos, jicaras,… para tomar el chocolate, y la publicidad recopilada sobre el chocolate maragato
y sus diferentes medios de difusión: colecciones de carteles,
calendarios y almanaques, cromos, álbumes, cuentos, abanicos, y otros reclamos publicitarios de
amplia difusión y aceptación: bandejas metálicas, cajas litografiadas, juguetes,...
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