Bajada
del Monte del Gozo. Ermita de San Lázaro. Entrada en Santiago. "Rua de San Pedro".
Monasterio de "San Pedro da Fora". Convento de Santo Domingo de
Bonadal. La "Porta do Camiño". Hacia la Plaza del Obradoiro. Plaza
de Cervantes. Calle de la
Azabachería. El Monasterio de San Martín Pinario. La Cate dral. Historia de Santiago
de Compostela. La Plaza
del Obradoiro y sus alrededores. Por las calles de Santiago. Semana Santa en Compostela.
Adios a la ciudad del Apóstol.
El peregrino baja del Monte
del Gozo despacio, por la antigua carretera, que pasa por debajo de la Autopista de Coruña a
Pontevedra. Entre la
Autopista y la vía del ferrocarril está la ermita de San
Lázaro y el barrio del mismo nombre. El camino entra en la ciudad por el
Polígono industrial de Fontiñas y por el barrio de los "Concheiros".
Allí se vendían las conchas de "vieira", que eran el emblema del
peregrino. Los "concheiros" tenían un monopolio especial concedido
por una "bula" del Papa, y eran las únicas personas autorizadas para
vender conchas a los peregrinos.
Desde el barrio de los
"Concheiros", los peregrinos pasaban por la "Rua de San
Pedro", una larga calle que los llevaba hasta las murallas medievales. El
barrio de San Pedro era un arrabal extramuros de la ciudad con típicas casas
dedicadas a actividades artesanales y comerciales. El primer tramo de la calle,
hasta la plaza de San Pedro, tiene las casas junto al monte de la Almaciga. En la plaza
está la iglesia de San Pedro, que fue citada por Aymeric Picaud en el
"Codice Calixtinus". Aquí estuvo el Monasterio de "San Pedro da
Fora", llamado así porque se encontraba fuera del recinto amurallado. Fue
arrasado por Almanzor y reconstruido a finales del siglo XII. Se mantuvo en pie
hasta la desamortización del siglo XIX.
Paralela a la "Rua de San
Pedro" está la "Rua do Bonaval", en la que se encuentra el
antiguo convento de Santo Domingo. El convento fue fundado por Santo Domingo de
Guzmán en 1219, en que peregrinó a Santiago para visitar la tumba del Apóstol.
Actualmente es la sede del Museo Etnográfico, llamado "Museo do Pobo
Galego". En el atrio de la iglesia se encuentra el "cruceiro do Home
Santo", que estuvo junto a la iglesia de Lavacolla. La iglesia de Santo
Domingo, que no está abierta al culto, es el “Panteón de Hombres Ilustres de
Galicia”. En este lugar hubo un antiguo cementerio y estuvo domiciliada la
"Cofradía del Rosario" desde el año 1504.
El camino de los peregrinos
continúa hacia el centro de la ciudad por la plaza del Carmen, donde estuvo la
"Porta do Camiño", en las murallas medievales. La ruta seguía por la
calle de las Casas Reales, que también se llamó "Vía Francígena".
Allí había un antiguo palacio donde se alojaron Felipe el Hermoso y Juana de
Castilla, llamada "la Loca ",
cuando estuvieron en Santiago. También estaba en esta calle el palacio
barroco de Fondevila. La zona tuvo gran importancia comercial a finales del
siglo XIX. La calle termina en la plazuela de las Animas, donde está el
edificio de la “Caja de Ahorros de Santiago”. En esta plazuela hay una iglesia
dedicada a la advocación de las ánimas, tan popular en toda Galicia.
Por el callejón de las Animas
se llega a la plaza de Cervantes, de gran importancia en el desarrollo
comercial de Santiago en el pasado siglo. En ella hay una fuente y un pedestal
con la efigie del escritor. Aquí estuvo la Banca de Olimpio Pérez, un típico edificio de
oficinas del siglo XIX. Otero Pedrayo lo definió como:
"severa y aparatosa obra ecléctica".
Desde la plaza de Cervantes,
por la Vía Sacra
y la calle de la
Azabachería se llega a la plaza de la Inmaculada , donde está
el Monasterio de San Martín Pinario y la fachada norte de la Catedral.
Por allí está la "Rua da
Troia", escenario de la célebre novela "La casa de la Troia ", de Alejandro
Pérez Lugín, sobre el ambiente universitario de Santiago de Compostela de
finales del siglo XIX. Otras novelas de Emilia Pardo Bazán también tienen este
escenario urbano gallego.
La calle de la Azabachería era el paso
obligado de los peregrinos que venían por el "Camino Francés" hasta la Catedral. El nombre
de la calle se debe a las numerosas tiendas que vendían objetos de este típico
"cristal negro". La calle se va haciendo cada vez más estrecha hasta
llegar a la "Rua da Troia" y al jardín que hay delante del Monasterio
de San Martín Pinario. El antiguo convento benedictino de San Martín Pinario
ocupa más de veinte mil metros cuadrados de superficie. Actualmente es el
Seminario Mayor de Santiago de Compostela. Tiene una hermosa fachada barroca,
inicialmente del siglo XVII, reformada en el siglo siguiente. Por el arco
del palacio románico del arzobispo Gelmírez, que está anexionado a la Catedral , se llega a la
plaza del Obradoiro, la de mayor tamaño del centro antiguo de la ciudad. Aquí
termina nuestro largo viaje. El nombre de la plaza se debe a los obradores o
talleres que estuvieron en ella durante la construcción de la fachada barroca
y de las actuales torres.
Los peregrinos medievales
entraban en la Catedral
por la plaza del Obradoiro, como se entra ahora, pero pasaban a la
"catedral vieja", que ocupaba el lugar de de la actual cripta.
Admiraban embelesados el Pórtico de la Gloria , del Maestro Mateo. La "catedral
vieja" tuvo cuatro naves, y no era suficientemente grande para el número
de peregrinos. Dos de sus naves están actualmente tapiadas. El Pórtico de la Gloria se construyó
alrededor del año 1180, antes de que estuvieran levantadas las catedrales
góticas de Chartres, Amiens, Reims y París. Solamente existían los antecedentes
de Vézélay y Ripoll, ligeramente anteriores. En el Pórtico de Compostela se
adivinan ya formas ojivales.
En el interior de la Catedral se pueden ver
las diversas capillas laterales y las tres naves, por las que se llega hasta el
Altar Mayor. Debajo está la cripta con el sepulcro del Apóstol. En el Altar
Mayor hay una imagen románica de Santiago en hábito de peregrino y otra imagen
barroca de Santiago "Matamoros". El "Botafumeiro" cuelga de
lo alto del crucero en las grandes solemnidades, impulsado de un extremo al
otro por los "tiraboleiros".
A la derecha del recinto
interior de la Catedral
está el Claustro realizado en el siglo XVI por Juan Gil de Hontañón. En un
extremo del Claustro está el Archivo Capitular, donde se custodia el original
del "Codice Calixtinus". Entre el Tesoro y las Reliquias de la Catedral compostelana hay
un busto de Santiago el Menor, que tiene el brazalete entregado por Suero de
Quiñones después de finalizar el "Passo Honroso". En la Catedral está también la
"lauda sepulcral" del obispo Teodomiro, que regía la diócesis
compostelana cuando se descubrieron los restos mortales del Apóstol.
La historia de Compostela, el
"Campo de las Estrellas", al que alude su nombre, comienza en el año
813, año del descubrimiento del sepulcro de Santiago en el monte Libredón.
Antes habían ocupado la zona los celtas, los romanos y los suevos. En el lugar
de la actual Compostela debió haber un castro celta. El rey de Galicia y León,
Alfonso II el Casto, construyó la primera iglesia, que amplió Alfonso III el
Magno. Almanzor destruyó Compostela en el año 997. La ciudad y la iglesia, en
recuerdo de Santiago, fue reconstruida por el obispo San Pedro Mesonzo, al que
se atribuye además la composición de la "Salve Regina".
En el siglo XII todos los
reyes de Galicia y León se coronaban en Compostela. En la Catedral se guardan los
restos mortales de Alfonso VII, Fernando II y Alfonso IX. El obispo que
potenció definitivamente a Compostela fue Diego Gelmírez alrededor del año 1100. A partir de esta
fecha se multiplicaron las peregrinaciones y la ciudad fue teniendo cada vez
más importancia durante casi toda la Edad Media.
Las revueltas de los
campesinos contra la nobleza en el siglo XIV y la represión de las capas
populares y de la misma nobleza por los Reyes Católicos produjo una decadencia
de la ciudad de Santiago de Compostela, que no participó de los descubrimientos
y las riquezas del Nuevo Mundo. Únicamente la época del arzobispo Fonseca y la
creación de la Universi dad,
en el siglo XVI, pudieron suponer un cierto resurgimiento religioso político y
cultural. Durante la etapa barroca se realizó un relanzamiento artístico de la
urbe, que se plasmó en la construcción de la fachada de la Catedral , sobre la plaza
del Obradoiro, y de varios edificios religiosos y civiles en la ciudad.
La plaza del Obradoiro reúne
el mayor conjunto monumental de Compostela. Además de la fachada barroca de la Catedral , está el Hostal
de los Reyes Católicos, que fue hospital de peregrinos, el Palacio de Raxoi,
frente a la Catedral ,
que alberga al Ayuntamiento y diversas dependencias de la “Xunta” de Galicia, y
el Colegio de San Jerónimo.
La fachada de la Catedral a la plaza del
Obradoiro, situada en el lado oeste de la plaza, es el símbolo actual de la
ciudad de Santiago. Fue realizada por el arquitecto gallego Fernando de Casas
e inaugurada el año 1750. El cuerpo central de estilo barroco rodea y protege
el románico Pórtico de la
Gloria. Completan la fachada las dos torres de setenta y
cuatro metros de altura, sobrecargadas de ornamentación, obra de Domingo de
Andrade, y la doble escalinata que mandó construir el arzobispo Maximiliano
de Austria el año 1606.
El Hostal de los Reyes
Católicos es uno de los edificios más relevantes del plateresco español. Está
situado en el lado norte de la plaza. Fue fundado por Isabel I de Castilla y
Fernando V de Aragón después de la conquista de Granada, en el año 1492. Su
construcción fue encargada a Enrique Egas, arquitecto real, y a Diego de Muros.
Fue hospedería y hospital hasta el año 1954, en que se convirtió en el hotel
más elegante de la ciudad.
El Palacio construido por el
arzobispo Bartolomé Raxoi, entre los años 1751 y 1772, ocupa el lado este de la
plaza del Obradoiro. Tiene una fachada neoclásica de noventa metros de largo,
frente a la Catedral ,
en la que hay un bello frontón de mármol blanco sobre columnas jónicas. En lo
más alto del edificio tiene una estatua ecuestre de Santiago. Fue diseñado por
el arquitecto francés Charles Lemaur.
El Colegio de San Jerónimo
está situado en el sur de la plaza, frente al Hostal de los Reyes Católicos.
Fue fundado por el arzobispo Alonso de Fonseca entre los años 1507 y 1523. Es
una construcción renacentista con una fachada de finales del siglo XV, que
estuvo anteriormente colocada en el Hospital de la Azabachería. Actualmente
es la sede del Rectorado de la
Universidad de Santiago.
Cerca de la plaza del
Obradoiro está el Colegio de Fonseca y la Casa del Cabildo. El Colegio de Fonseca está situado
en la plaza del mismo nombre, en la esquina de la "Rua do Franco".
Tiene una fachada plateresca y un claustro de aspecto salmantino. El edificio
ha albergado distintas instituciones académicas en los últimos años. “La Casa del Cabildo” reunía a
este organismo de la Catedral
de Santiago. Se encuentra en la plaza de Platerías y tiene una hermosa fachada
barroca sobre esta plaza. Actualmente se gestionan en ella las
"compostelanas", documento acreditativo que se entrega a los
peregrinos que han recorrido más de cien kilómetros hasta llegar a Santiago.
Junto a la Catedral está la plaza de
Platerías, que tiene una de las fachadas
románicas que se conservan de la
Cate dral. El resto de la plaza es de ornamentación barroca.
Aquí se reunían los plateros de la ciudad, por ello el nombre, en torno al
edificio del Tesoro de la Cate dral,
que contenía las principales alhajas de la basílica. En el centro de la plaza
está la Fuente
de los Caballos, de estilo italiano.
La plaza de Quintana, contigua
a la plaza de Platerías, ocupa la parte trasera de la Catedral. A esta plaza
dan las puertas Real y Santa. La puerta Santa solamente se abre durante los
años santos jubilares, uno de cada siete años. En la plaza de Quintana, bajo
sus losas, hubo en otro tiempo un cementerio. Una larga escalinata es el lugar
improvisado de encuentro de turistas y de habitantes de Compostela. En uno de
los extremos se levanta la Torre
del Reloj, de setenta y dos metros de altura, llamada también Torre Berenguela.
En la plaza de Quintana,
frente a la Catedral ,
está el Monasterio de San Pelayo Antealtares, del siglo XVII, que fue
construido sobre otro prerrománico, de la época de Alfonso II el Casto. Su
fachada principal da a la plaza de Feixóo. Está habitado por monjas benedictinas
que preparan excelentes tartas de Santiago y almendrados de elaboración
artesana.
El viajero recorre las calles
de Santiago, en los alrededores de la Catedral : la "Rua da Conga", la
"Rua Nova", la "Rua do Vilar", la "Rua do
Franco", y la "Rua das Orfas", hasta la plaza de Toral, en el
corazón de la ciudad de Compostela. En la "Rua da Conga", en la
esquina del Monasterio de San Pelayo, dice Otero Pedrayo, que luce por la noche
el farol más romántico de la ciudad. En esta calle estuvo hospedada la emperatriz
de Francia, Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, cuando vino a Santiago
a mediados del siglo XIX.
La "Rua Nova" fue
desde el siglo XII la morada de la aristocracia y de la burguesía de la ciudad.
En ella se encuentra la "Casa de las Pomas" y la iglesia de Santa
María Salomé, construida por el arzobispo Gelmírez en el siglo XII, además de
algunos antiguos palacios. La "Rua do Vilar" es una de las más
peculiares del centro de Compostela. En ella está el palacio del marqués de
Monroy y diversas casas con soportales de conocidas familias de la burguesía
compostelana.
La "Rua do Franco"
es calle de buenos vinos y de gastronomía gallega típica. Es una de las más
transitadas de la ciudad. Es camino de paso desde la "Porta de
Faxeiras", en el límite de la ciudad medieval, hasta la Cate dral. En ella se
encuentra el Colegio de Fonseca. La "Rua das Orfas" fue el centro
comercial a finales del siglo XIX, con las calles de Calderería y Preguntoiro.
Eran el camino del Mercado, de la Universidad , o de cualquier otra zona del casco
histórico. En esta calle hay edificios del siglo XIX integrados con casas de la
antigua ciudad medieval.
La plaza del Toral, donde
confluyen la "Rua Nova" y la "Rua do Vilar", está presidida
por el palacio de Bendaña, que se ha considerado la más bella mansión de
Compostela. Es obra del arquitecto Fernández Sarela. Tiene una estatua que
figura a un "atlante" sosteniendo una "bola del mundo". En
la plaza hay una fuente con una estatua de Marte guerrero, construida en 1820,
en honor del general Quiroga, protagonista con Riego de la revuelta liberal
contra Fernando VII.
La lluvia hace acto de
presencia al principio de la noche, cuando el viajero busca un buen restaurante
para su "última cena" en tierras gallegas, aunque no tenga
reminiscencias sacras, propias de la Semana Santa. Un sencillo local, que aparece en
las guías gastronómicas de la ciudad, cumple a la perfección los deseos del
viajero para satisfacer su estómago, aunque estaba demasiado concurrido, y fue
preciso esperar demasiado tiempo.
Al salir del restaurante las
procesiones recorren las calles del centro de la ciudad, con sus estandartes,
pasos con sufrientes imágenes y nazarenos. Desde u-nos soportales que
disminuyen un poco la humedad de la noche, el peregrino vive el final de la Semana Santa gallega,
que se ha difuminado en su andadura por el Camino hasta Compostela. Al día
siguiente se despide de la ciudad del Apóstol hasta una nueva ocasión.
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