domingo, 31 de agosto de 2014

GAUDI EN LEÓN

Casa Botines


La Casa Botines es un edificio neogótico construido por el arquitecto catalán Antonio Gaudí en la ciudad de León. También  fue llamada Casa Fernández y Andrés, por los nombres de sus primeros propietarios. Es una de las tres obras que construyó Gaudí fuera de Cataluña y tiene las influencias modernistas propias de todas sus obras. Se construyó entre 1891 y 1894 y fue declarada Monumento Histórico en 1969. En la actualidad es propiedad de Caja España, que la ha habilitado como su sede central.






Historia


Cuando Gaudí se encontraba terminando el Palacio Episcopal de Astorga, su amigo y mecenas Eusebio Güell le recomendó para que construyera la sede de una empresa textil en el centro de León. Simón Fernández y Mariano Andrés, propietarios de la empresa, que antes era de Joan Homs i Botinas (de ahí el nombre actual del edificio), encargaron al arquitecto catalán la construcción de un edificio de viviendas con almacén.

Gaudí diseñó un palacio con aire medieval con numerosas características del arte neogótico y lo reforzó con cuatro torres cilíndricas rematadas con pináculos que instaló en cada una de las esquinas. La construcción de la Casa Botines se realizó en solo diez meses, lo que dio pie a que la población local extendiera rumores sobre la fragilidad del edificio.

Este hecho indignó a Gaudí que solicitó un informe técnico para frenar la falta de confianza de los ciudadanos leoneses. Los ingenieros no encontraron indicios sobre problemas de estructura por lo que los rumores fueron desmentidos. En la actualidad la Casa Botines se encuentra en perfecto estado y no hay signos de grietas ni problemas de sedimentación.


Fachada principal

El edificio consta de cuatro pisos, un sótano y un ático. Gaudi colocó las viviendas de los propietarios en el primer piso, mientras que los pisos más altos estaban destinados a alquiler. Reservó la planta baja para las oficinas. Los sótanos, por otra parte, se utilizaron como centro de almacenamiento de mercancías de la empresa textil que alojaba.


El Palacio


Cuando Caja España se hizo con el edificio, lo restauró respetando los diseños de Gaudí y corrigiendo los errores de antiguas reformas. Actualmente alberga exposiciones y oficinas de la Caja de Ahorros.



Escultura de San Jorge

La entrada principal está coronada por una escultura en piedra de San Jorge, que muestra como mata un dragón con una lanza. Durante unos trabajos de restauración en 1950 los trabajadores descubrieron un tubo de plomo dentro de la escultura, en cuyo interior se encontraban planos originales firmados por Gaudí y recortes de prensa de la época.


Curiosidades


Justo enfrente de la Casa Botines se puede contemplar el edificio sentado junto a su arqui-tecto. Se trata de una escultura de bronce realizada por José Luis Fernández, que mues-tra la imagen de Gaudí sentado, con semblante pensativo,  escribiendo unas notas. Sen-tarse en este banco es una foto obligada que todo turista que visita León debe tener.

Escultura de Gaudí en la Plaza




jueves, 28 de agosto de 2014

BIBLIOGRAFIA DE MANSILLA Y LEÓN

MANSILLA DE LAS MULAS Y ALREDEDORES

- Mansilla de las Mulas, monasterios y pueblos colindantes. Lázaro Álvarez Rodriguez. Imprenta Casado. León. 1981.

- Itinerarios pedagógicos de la provincia de León: Lancia, San Miguel de Escalada, Mansilla de las Mulas. Carmen Fernán­dez Marcos. Centro de profesores de León. León. 1989.

- San Miguel de Escalada: iglesia mozárabe, siglo X, monumento artístico nacional. Marcos de Escalada. Ediciones Santiago García. León. 1993.

- De Mansilla Mayor al Polo Norte: estremece­doras viven­cias de un misionero leonés durante cuarenta años por tierras de  Alaska. Juan José Presa Santos. Ediciones Meléndez Valdés. Madrid. 1998.

- Villaverde de Sandoval: monasterio y pueblo. Paulino Sahelices González. Revista Agustiniana. Madrid. 1989.

- Relaciones entre los monasterios cistercienses de Gradefes, Otero de las Dueñas y Carrizo. Pio Reno (O.C.S.O.). Centro de estudios investigaciones científicas "San Isidoro", Consejo Superior de Investigaciones Científicas Patronato José María Quadrado. León. 1971.

- El monasterio de Gradefes: apuntes para su historia y la de algunos otros cenobios y pueblos del concejo. Aurelio Calvo. Ediciones Celarayn. León. 1984.

- Colección documental del monasterio de Gradefes. Taurino Burón Castro. Centro de Estudios e Investigación "San Isidoro". León. 1998.

- Flora y vegetación de la cuenca alta del río Porma. Edmunda Hernández Hernández. Universidad de León. León. 1985.









Plaza de Mansilla de las Mulas

LEON Y ALREDEDORES

- Apuntes para la historia del Puente de Castro. Ramón Alvarez de la Braña. Ediciones García Pérez. León. 1902.

- La ciudad de León: notas para un estudio de geografía  urbana. José Luis Martín Galindo. Tipografía Cristo Rey.  Valladolid. 1957.

- La ciudad de León: de romana a románica. José María Villanueva Lázaro. Editorial Nebrija. León. 1982.

- Historia de la ciudad y la corte de León y de sus reyes. Manuel Risco. Editorial Lancia. León. 1987.

- San Isidoro de León. Etelvina Fernández González. Información y Revistas, Madrid. 1992.

- León: La ciudad. Luis Pastrana. Ediciones leonesas. León. 1995.

- San Marcos de León: esplendor del primer Renacimiento. Fernando Llamazares. Editorial Edilesa. León. 1996.

- Aproximación antropológica a la ciudad de León: el casco  antiguo. Óscar Fernández Alvarez. Ediciones Navatejera.  1997.

- El antiguo convento de San Marcos de León: sede del museo de León: guía breve. Mª Dolores Campos Sánchez-Bordona. Conseje­ría de Educación y Cultura. Valladolid. 1997.

- León: conversación con mis calles. Armando G. Colino. Edi­ciones Celarayn. León. 1997.     

- Recorridos románticos por León. Miguel Delgado. Conce­jalía de Cultura. León. 1999.

- La catedral de León: memoria sobre su origen, instalación, nueva edificación, vicisitudes y obras de restauración.  Matías Laviña. Ediciones leonesas. León. 2000.


Murallas de León






martes, 26 de agosto de 2014

LEÓN

19. LEON

El río Bernesga. La estación de autobuses. Visita a la ciudad. El jardín de San Francisco. La "Rua de los francos". La Plaza del Grano. Ayunta­miento. Historia de la ciudad. Exposición del Camino de Santiago. La casa de los "Boti­nes" y el palacio de los "Guzmanes". La Cate­dral. La plaza Mayor. Murallas romanas. Colegia­ta de San Isido­ro. Hospital de San Marcos. El Ensanche. Vuelta al albergue.


El río Bernesga discurre de norte a sur, por la parte oeste del centro de la ciudad. En otro tiempo estuvo alejado del recinto amurallado medieval y hoy separa algu­nos ba­rrios de esta zona central. El viajero se dirige hacia el río desde el albergue municipal y pasa cerca de la Plaza de Toros, que se encuentra en el cruce de la avenida de Fernández Ladre­da, hoy inicio de la salida hacia Astorga, y el Paseo de Papalaguinda, en la ribera del Bernesga. 




Río Bernesga

El viajero va hacia la estación de autobuses a espe­rar a Tere­sa, que viene desde Madrid para hacer algunas etapas del Camino de Santiago. Cruza el río por uno de los puentes y llega al Paseo del Ingeniero Sáenz de Miera, donde está la estación de auto­buses. Aún tiene que esperar un poco la llega­da del autobús de Madrid. Cuando llega vuelven al alber­gue para dejar la mochila y se disponen a comer una fuerte comida leonesa, picadillo de cerdo, en un restaurante de la próxima avenida de Fernández Ladre­da.


El albergue organiza una visita guiada por la ciudad para todos los peregrinos que lo deseen a partir de las cinco de la tarde. Un grupo de unas veinte personas nos dirigimos desde el albergue hacia los jardines de San Francisco por la antigua calle de la Corredera. En esta zona estuvo uno de los viejos arrabales de la ciudad medieval, San Miguel de la Corredera, que se asomaba a los dos ríos, Bernesga y Torío, desde la zona sur de la ciudad.


Desde los jardines de San Francisco, donde se ha construido un gran edificio para Correos, nos acercamos a la parte sur de las murallas medievales, que rodeamos por la calle de las Cercas. Al este de las murallas se encuentra el barrio de Santa Ana, por el que entraban habitualmente los peregrinos del Camino de Santiago. La iglesia de Santa Ana fue sede de los caballeros del Santo Sepulcro y de los de San Juan de Jerusalén.


Por las actuales calles de Barahona y Puertamoneda los peregrinos entraban en el recinto amurallado de la ciudad y tomaban la "Rua de los francos", llamada así por el gran número de artesanos y comerciantes franceses que se habían quedado a vivir allí, después de la peregrinación a Composte­la. Junto a la "Rua de los francos" está la Plaza de Santa María del Camino, que en la época medieval fue la Plaza del Grano, donde se celebraban los mercados de pienso para los animales domésticos. Todavía conserva este ambiente medieval en los soportales de sus vetustas casas y en el crucero de la igle­sia. Una fuente más moderna, en el medio de la plaza, simboli­za la ciudad de León por una columna con un capitel, y sus dos ríos, por dos ángeles niños abrazados a la columna.

Plaza del Grano

Siguiendo la "Rua de los francos", que es peatonal en su parte última, se llega a la Plaza de San Marcelo, donde está el Ayuntamiento. Frente a su fachada uno de los guías va comentando la historia de la ciudad: la fundación romana, como campamento de la "Legión VII Gemina", creada por el futuro emperador Galba en el año 68. Leovigildo se apoderó de la ciudad de León en el año 585 y los árabes la conquistaron en el 711, después de largo asedio. Hubo una primera muralla romana, que se amplió por los godos y por los árabes. Ordoño I, García I y Ordoño II reestructuraron la ciudad y Almanzor la destruyó de nuevo en el año 988. Más tarde fue la capital del reino con Fernando I, Alfonso VI y Alfonso VII. La ciudad alcanzó entonces su máximo esplendor político y económico y crecieron nuevos barrios extramuros del recinto amurallado. Miles de peregrinos europeos pasaron por León, camino de Compostela, duran­te los siglos XI y XII.


Hacemos un alto en el devenir histórico para ver una exposición sobre el Camino de Santiago en tierras de León, "200 kilómetros de Ruta Jacobea", en el interior del Ayunta­miento: San Tirso de Sahagún, la iglesia de Bercianos del Camino, las murallas de Mansilla de las Mulas, y la Catedral de León, destacan entre los monumentos de la ruta que ya hemos recorrido, en las vistosas fotografías que observamos. Un video sobre la historia del Camino de Santiago y sus principa­les hitos artísti­cos, geográficos e históricos completa la exposición fotográfica. Entre los lugares que han de pasar más allá de la ciudad de León, conmueven al viajero la visión del Santuario de Santa María del Camino, el largo puente del río Orbigo, el modernista palacio arzobispal de Astorga, Castrillo de los Polvazares y Rabanal del Camino, las casas abandonadas de Foncebadón, la "Cruz de Ferro", el puente y el crucero de Molinaseca, el castillo de los templarios de Ponferrada, la calle del agua de Villafranca del Bierzo, y el valle del Valcarce en el inicio de la subida a "O'Cebreiro".


Al salir del Ayuntamiento, al fondo de la plaza, están el palacio de los "Botines", diseñado por Gaudí, con su carac­terística fachada modernista, y el palacio de los "Guzma­nes", que actualmente es la Diputación Provincial. Los "Guzma­nes" y los "Quiñones" fueron las familias más poderosas de la nobleza leonesa durante los siglos XVI y XVII, y se disputaron la una a la otra el predominio en las diversas facetas de la vida de la ciudad.

Palacio de los Botines

Por la antigua calle Ancha, que fue una de las principales arterias de la ciudad romana y medieval subimos hacia la Catedral de Santa María de la Regla, la "Pulchra leonina", que está situa­da en la cota más alta de la ciudad. La catedral gótica se empezó a construir a finales del siglo XII sobre la planta de una iglesia más antigua, que estuvo en el solar de unas termas romanas. Reinaban en la ciudad Alfonso IX y Doña Beren­guela y era obispo Don Manrique de Lara, miembro de la nobleza leone­sa. La construc­ción duró más de cien años y en 1302 fue abier­ta al culto.


El peregrino contempla las altas torres de la Cate­dral, el rosetón  y las puertas ojivales de la fachada princi­pal, que le recuerdan a Chartres. Sin duda esta catedral es la que más se asemeja en España a las grandes catedrales france­sas, más que Burgos y Toledo. La fachada sur, dedicada a San Froilán, patrono de la diócesis, deja ver el conjunto de arbotantes y contrafuer­tes, algunos de construcción posterior, en varias de las numerosas restauraciones, y los ventanales de las capillas laterales.

Catedral

El interior de la Catedral tiene planta de cruz latina, con una nave central, de mayor elevación que las dos naves laterales, más anchas que la central. Estas naves late­rales rodean al ábside, en el que hay siete capillas, una de ellas dedicada al Apóstol Santiago. La luz es una de las principales características de la catedral leonesa, por sus 737 vidrieras policromadas, que ocupan 1800 metros cuadrados de sus paredes, y producen zonas de iluminación y penumbra sobre todo el inte­rior de la Catedral y sobre cada una de las nume­rosas tallas escultó­ricas existentes. El Altar Mayor y el Coro son también dignos de consideración especial.


Cerca de la Catedral está la Plaza Mayor, que tuvo una gran importancia comercial durante toda la Edad Moderna. Actualmente se celebra en ella un pintoresco mercado al aire libre. En esta zona está la Torre de los Ponce, entre casas de nueva construcción, junto a la calle Caño Badillo. Fue llamada también la Torre del Obispo, por su proximidad a las dependen­cias del Obispado. Es de las pocas torres que quedan en la ciudad, y debió ser parte de la muralla medieval. Aquí estuvo la "Puerta de la harina" muy cerca de la calle de los Panade­ros.


La muralla continúa, en buen estado, desde el ábside y el claustro de la Catedral, hacia el norte. Por la Carretera de los Cubos pueden observarse las torres amuralladas, que sobresalen entre las casas. Rodeando la vieja muralla se llega a la Plaza del Espolón y a la Puerta del Castillo, la única que queda en la muralla. Tiene una estatua de Don Pelayo y fue restaurada en el siglo XVII. Por la Plaza de la Puerta del Castillo se llega a la parte de atrás de la Colegiata de San Isidoro, otra de las joyas arquitectónicas de la ciudad.

San Isidoro

San Isidoro es una basílica de estructura románica, que se construyó para contener las reliquias del santo, que se habían traído de Sevilla en la época del rey Fernando I. Aymeric Picaud considera San Isidoro de León como uno de los cuatro puntos fundamentales del Camino de Santiago en lo referente a la veneración de reliquias de santos. La Colegiata de San Isidoro es una iglesia de planta de cruz latina, con tres naves y tres ábsides. Destacan entre sus elementos artís­ticos los capiteles del pórtico y del interior de la iglesia y la decoración pictórica del Panteón real, que ha hecho que se conozca a San Isidoro como la "Capilla Sixtina del Románico español". 
                        

La visita guiada termina en la Plaza de San Isidoro, junto a la fachada sur del templo. El grupo de peregrinos, muy cansado ya por la larga visita, que ha sumado varias horas andando a las habituales de cada día, descansa un poco al lado de las cadenas que hay entre la Colegiata y la Plaza de San Isidoro. Nos separamos del grupo mayoritario de peregrinos, que vuelven al albergue, y nos dirigimos a ver el Hospital de San Marcos.


Por la avenida de Ramón y Cajal, rodeando la fachada oeste de San Isidoro, llegamos a la calle Renueva, que otrora se llamó "Rua Nueva", y que fue la ruta de salida de la ciudad de los peregrinos del Camino de Santiago. Después de la calle Renueva, cruzando la avenida del Padre Isla, por la avenida de Suero de Quiñones, se llega a la plaza de San Marcos, donde está el antiguo Hospital de peregrinos del siglo XII, que hoy es un lujoso Hotel y la sede del Museo de León.


La tarde de domingo está muy avanzada y en los bancos y paseos de la plaza se aglomera mucha gente. La igle­sia está abierta, lo que no es habitual. En la puerta hay varios invitados a una boda. Poco después salen los novios y algo más tarde llegan los invitados a otra boda. En el inter­medio pasamos a ver la iglesia. Es de estilo gótico tardío, con bóvedas de cruce­ría estrelladas. Tiene una sola nave orientada al norte, lo que no era tradicional en los templos cristianos, que lo estaban según el eje este-oeste. Está dividida en cinco tra­mos, con capillas entre los contra­fuer­tes, y un crucero ali­neado con ellas. Por la tercera capilla y por el crucero se puede pasar al recoleto claustro, que tiene una gran belleza arquitectónica.

San Marcos

La fachada es de estilo plateresco, con algunos elementos barrocos. Se empezó su construcción en 1531, se paró en 1550 y se continuó en 1707. Está decorada con medallones que representan figuras históricas antiguas como Alejandro Magno o Julio César y personajes de ficción como Paris o Hércu­les. La portada actual es la realizada en el siglo XVIII, con estilo barroco sobre la estructura inicial renacentista.


El monasterio original se construyó en 1151 en un solar que la reina Doña Sancha donó para hacer un hospital para los peregrinos del Camino de Santiago. La ciudad de León llegó a tener diecisiete hospitales para peregrinos en la época de apogeo de los siglos XI y XII. El hospital de San Marcos está junto al río Bernesga, en la salida de la ciudad hacia Astor­ga. El actual monasterio se empezó a construir en el siglo XVI para albergar a la sede central de la Orden de Santiago y contó con el apoyo de Fernando el Católico.


Al salir del Monasterio las sombras de la noche han cubierto la ciudad de León. Desde el puente del río Bernesga puede verse la zona iluminada del Ensanche y del paseo de Papalaguinda. Por el paseo de la Condesa de Sagasta y por la calle de Colón entramos en el corazón del Ensanche. Esta zona de la ciudad surge cuando el ferrocarril llega a León en 1863. Se va cons­truyendo en torno a la carretera de la Estación, que poste­riormente sería la avenida de Ordoño II.

Calle de Ordoño II 

El Ensanche era necesario para ampliar la ciudad fuera del antiguo recinto amurallado, ya que se había quedado muy pequeña para las clases acomodadas del comercio especiali­zado, la incipiente industria y los profesionales administrativos y de servicios. El Ensanche de León intentó ser una copia del de Bilbao, con una Gran Vía, diseñada entre la plaza de Santo Domingo y la de San Marcos, y ocupada actualmente por las calles de General Sanjurjo y José Antonio. Posteriormente la zona centro de la ciudad se ha ido desplazando hacia la avenida de Ordoño II, donde se encuentran los mejores edifi­cios, los comercios más elegantes y los bancos y las institu­ciones financieras.


Desde la glorieta de Guzman el Bueno y el monumento a los Reyes de León, al final de Ordoño II, volvemos al alber­gue por el paseo de Papalaguinda. A estas primeras horas de la noche hay todavía muchos viandantes junto al parque infantil y el pequeño circuito deportivo. Pasamos por la antigua Facul­tad de Veterinaria, que fue uno de los referentes académicos de la ciudad, y por la iglesia de San Claudio, antes de rodear la Plaza de Toros y llegar al albergue. Antes de dormir aún tuvimos ocasión de entablar relación con Cristina y con algu­nos o­tros peregrinos, que continuaríamos viendo en etapas sucesi­vas del Camino.


domingo, 24 de agosto de 2014

LA PICARA JUSTINA

La Pícara Justina cuenta las aventuras de una joven de origen judío llamada  Justina, quien, después de contraer matrimonio y enviudar, contraerá nuevas nupcias, que se indica serán objeto de una segunda parte.
La primera edición conocida de la novela es de 1605; impresa en Medina del Campo por Cristóbal Lasso Vaca. No se sabe con certeza quién fue su autor, aunque generalmente se atribuye al licenciado Francisco López de Úbeda, escritor y médico toledano que estuvo en la comitiva del rey Felipe III en su viaje a León en 1605.




Portada del Libro

Es una novela genuina, por su lengua inimitable de estilo barroco y por constituir el prototipo original de la denominada picaresca femenina. Tiene un marcado contenido festivo y está narrada con prosa a la vez sencilla y conceptista.

Las aventuras de Justina y sus satíricas y burlonas ocurrencias no dejan “títere con cabeza” y nos muestran que el género picaresco sigue muy vivo todavía entre nosotros.
Justina se define como:
 “…bailarina, andadora y parlera…”.


Justina
Tiene ascendencia montañesa (padre) y de la tierra de campos leonesa (madre). La acción transcurre en un mesón de Mansilla de las Mulas y en un viaje a la ciudad de León.
En el viaje citado, de romería en romería: Arenillas y Nuestra Señora del Camino. En Arenillas se produce la “hazaña de la Bigornia”, con unos estudiantes disfrazados, que pretendiendo burlar a Justina, salen trasquilados.
Continúan sus aventuras en el barrio de “la Corredera” de León. Cerca de Puente de Castro y del arrabal de Santa Ana, con posadas aldeanas y cantinas de “comer barato”. En esta zona transcurren los engaños a otro pícaro sobre “una joya aparentemente de oro”.
Por la plaza de la Regla tiene acceso a la Catedral, que juzga:
“…galana y con la portada envejecida…
Allí transcurre el desfile de las llamadas “cantaderas”, que recuerda a las doncellas entregadas al emir de Córdoba, como tributo, en tiempos del rey Mauregato.
Después de la fiesta de la Asunción, el día 15 de agosto en la capital,  se celebra la romería de  Nuestra Señora del Camino, en la zona del Camino de Santiago, más allá de León.
Vuelve Justina después a Mansilla de las Mulas, tras pasar de nuevo por la ciudad de León y describir San Marcos, San Isidoro, el Palacio de los Guzmanes,… Va acompañada por el barbero Bertol Araujo. En el camino a Mansilla de las Mulas se produce el encuentro con el estudiante del “engaño meloso”.
En Mansilla pleitea con sus hermanos, que quieren arrebatarla el mesón, herencia de sus padres. El juez falla a favor de sus hermanos y Justina apela en Rioseco ante los Almirantes de Castilla,de quien dependía Mansilla de las Mulas en esa época.



Portada del Libro



La Pícara Justina se enmarca dentro de la novela picaresca, que tuvo su máxima importancia en el Siglo de Oro. Sin embargo, entronca con estilos literarios medievales, la literatura bufonesca en especial. La visión que la obra trasmite del entorno social en que transcurren las peripecias de la protagonista es marginal, irreverente y sardónica. Se podría definir como una valoración “antisistema”. El humor y la burla están presentes aún en los planteamientos moralizantes, que jalonan la narración. No quedan estamento social, situación, entorno o personajes libres de sátira mordaz. La protagonista se casa al final con otro celebre pícaro, Guzmán de Alfarache. El espíritu crítico, expresado a través del humor, es la característica, y principal bondad, de esta obra.





jueves, 21 de agosto de 2014

RIO ESLA

La Confederación Hidrográfica del Duero sitúa el nacimiento del Esla en el  “Puerto de Tarna”, junto al Valle de Burón. Otras versiones consideran que sus primeras aguas son de la fuente del Naranco, en Valdosin, cerca de la Uña


Río Esla  en los prados de Martín Díaz  (La Uña)

Antonio de Valbuena, natural del desaparecido pueblo de Pedrosa del Rey, cerca de Riaño,  indica como nacimiento al Puerto de Pandetrave, y al rio Yuso como el verdadero origen del Esla, antes de llegar al embalse de Riaño..


Embalse de Riaño

Poco después de salir del valle de Valdosín y antes de La Uña, se le une el Riosol y antes de Acebedo se le incorpora el río Maraña. Junto a Burón, el Esla llena el pantano de Riaño. La presa del pantano está a unos 30 km del nacimiento, desembocando en él poco después el río Dueñas, procedente del valle de Lois. Aguas abajo, ya cerca de Sabero desembocan en el Esla, por la izquierda el río de la Duerna y el río Horcado, Entre montañas sigue el Esla su curso hacia Cistierna.



Rio Esla, cerca de Gradefes

Poco después de Cistierna, a la altura de Sorriba del Esla, merma de modo notable su caudal con la salida del Canal de los Payuelos. Tras pasar Gradefes, desemboca por la izquierda el río Corcos. Aguas abajo de Mansilla de las Mulas, se le incorpora el Porma, que pasa por Boñar y Puente Villarente. Poco después de Villarroañe recoge al río Bernesga, que pasa por la ciudad de León, presentando con ello ya un aumento considerable de caudal a la altura de  Villalobar. El Esla y sus canales van regando las tierras de Villamañán y Valencia de Don Juan, conocidas como las tierras de la Vega del Esla.

 


Rio Esla en Valencia de Don Juan

Después de Villafer el Esla entra en la provincia de Zamora. Cerca de Benavente, se le incorpora por la izquierda el río Cea, procedente de la montaña oriental leonesa. Poco después desemboca por la derecha el Órbigo, su afluente más caudaloso, que acoge el agua de las zonas próximas a la Maragatería. Todavía aumentan más las aguas del Esla cuando se le incorpora el río Tera, procedente de la Sierra de la Culebra. Unos kilómetros más adelante forma el Esla el embalse de Ricobayo. En un brazo de este embalse desemboca por la derecha el río Aliste.



Rio Esla: embalse de Riocobayo


Unos kilómetros después el Esla desemboca en el Duero, después de 285 km recorridos y aportando en su unión mayor caudal que el mismo Duero. Habitualmente se señala a Villalcampo como lugar de desembocadura del Esla.







jueves, 14 de agosto de 2014

MONASTERIO DE GRADEFES

MONASTERIO DE SANTA MARÍA LA REAL DE GRADEFES

Desde sus inicios, en 1177, las obras sufrieron varias interrupciones por motivos económicos, lo que hizo que el monasterio de Gradefes tenga varias etapas arquitectónicas. A la primera, de finales del siglo XII y principios del siglo XIII, corresponde la cabecera de la iglesia, la sala capitular y parte del claustro; en el siglo XIV se realizó un amplio transepto que preveía una estructura de tres naves para el cuerpo de la iglesia; en época moderna se construyeron dos nuevas naves: la sur y la central en la que en el siglo XVII se hizo el coro.




Entrada al Monasterio

Del monasterio primitivo sólo quedan la cabecera de la iglesia, parte de la estructura del claustro y la sala capitular. La iglesia de Gradefes es una excepción dentro de la estructura de los edificios cistercienses femeninos por la presencia de una girola. En España la tienen cuatro monasterios, todos ellos masculinos: Moreruela, Veruela, Fitero y Poblet, que fue un modelo a imitar posteriormente. A éstos podrían añadirse los gallegos de Osera y Melón. La iglesia de Gradefes no necesitaba un número excesivo de capillas por lo que éstas se redujeron a tres.







Ábsides


El claustro mantiene la estructura primitiva: arquerías de medio punto sobre pilares. De las dependencias monásticas medievales sólo se conserva la sala capitular en la que destaca, por su originalidad, una entrada constituida por siete vanos, mayor el central, con arcos ligeramente apuntados y apoyados alternativamente en dos o tres columnas. Su construcción debe ser coetánea a la de la cabecera y es quizá la parte del monasterio que tiene mayor unidad.




CARACTERÍSTICAS DE LA VIDA MONÁSTICA EN GRADEFES 

Todas las Iglesias de la Congregación Cisterciense de San Bernardo y todas las monjas de estas congregaciones están consagradas a la  Virgen María. Al final de la jornada la comunidad cantará la Salve a la Virgen
            
La vida monástica en la Congregación Cisterciense se manifiesta en la unión fraterna, en la soledad y en el silencio, en la oración, en el trabajo y en la disciplina de vida.


Vida monástica

Las monjas cistercienses siguen a Cristo bajo una Regla, en una comunidad estable, que es escuela de caridad fraterna.

La comida en común significa y fortalece la concordia entre las hermanas. Por eso comen todas juntas.

Siete veces al día la comunidad se reúne en el coro para cantar las alabanzas al Señor, en las referidas horas de: Vigilias, Laudes, Tertia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas.

La Eucaristía es para estas monjas la cumbre de la vida cristiana y de la comunión de las hermanas con Cristo: se celebrará diariamente para toda la comunidad.


El fin espiritual de la comunidad se manifiesta especialmente en esta celebración litúrgica.

La Congregación es un Instituto Monástico de vida íntegramente ordenada a la contemplación.

Para llevar una vida de oración y mantener trato íntimo con el Señor es imprescindible vivir en retiro, soledad y silencio.

La soledad es necesaria para la interiorización del propio ser. Favorece el trato con el Señor. 




Estatua de la Virgen

El silencio se considera como uno de los valores monásticos más peculiares de la Congregación: asegura a la hermana la soledad en la comunidad; favorece el recuerdo de Dios y la comunión fraterna; abre la mente a las inspiraciones del Espíritu Santo y estimula la atención del corazón y la oración solitaria con Dios.