19. LEON
El río Bernesga. La estación de autobuses. Visita a
la ciudad. El jardín de San Francisco. La "Rua de los francos". La Plaza del Grano. Ayuntamiento.
Historia de la ciudad. Exposición del Camino de Santiago. La casa de los
"Botines" y el palacio de los "Guzmanes". La Cate dral. La plaza Mayor.
Murallas romanas. Colegiata de San Isidoro. Hospital de San Marcos. El
Ensanche. Vuelta al albergue.
El río Bernesga discurre
de norte a sur, por la parte oeste del centro de la ciudad. En otro tiempo
estuvo alejado del recinto amurallado medieval y hoy separa algunos barrios
de esta zona central. El viajero se dirige hacia el río desde el albergue
municipal y pasa cerca de la
Plaza de Toros, que se encuentra en el cruce de la avenida de
Fernández Ladreda, hoy inicio de la salida hacia Astorga, y el Paseo de
Papalaguinda, en la ribera del Bernesga.
Río Bernesga
El viajero va hacia la
estación de autobuses a esperar a Teresa, que viene desde Madrid para hacer
algunas etapas del Camino de Santiago. Cruza el río por uno de los puentes y
llega al Paseo del Ingeniero Sáenz de Miera, donde está la estación de autobuses.
Aún tiene que esperar un poco la llegada del autobús de Madrid. Cuando llega
vuelven al albergue para dejar la mochila y se disponen a comer una fuerte
comida leonesa, picadillo de cerdo, en un restaurante de la próxima avenida de
Fernández Ladreda.
El albergue organiza una
visita guiada por la ciudad para todos los peregrinos que lo deseen a partir de
las cinco de la tarde. Un grupo de unas veinte personas nos dirigimos desde el
albergue hacia los jardines de San Francisco por la antigua calle de la Corredera. En esta
zona estuvo uno de los viejos arrabales de la ciudad medieval, San Miguel de la Corredera , que se
asomaba a los dos ríos, Bernesga y Torío, desde la zona sur de la ciudad.
Desde los jardines de
San Francisco, donde se ha construido un gran edificio para Correos, nos
acercamos a la parte sur de las murallas medievales, que rodeamos por la calle
de las Cercas. Al este de las murallas se encuentra el barrio de Santa Ana, por
el que entraban habitualmente los peregrinos del Camino de Santiago. La iglesia
de Santa Ana fue sede de los caballeros del Santo Sepulcro y de los de San Juan
de Jerusalén.
Por las actuales calles
de Barahona y Puertamoneda los peregrinos entraban en el recinto amurallado de
la ciudad y tomaban la "Rua de los francos", llamada así por el gran
número de artesanos y comerciantes franceses que se habían quedado a vivir
allí, después de la peregrinación a Compostela. Junto a la "Rua de los
francos" está la Plaza
de Santa María del Camino, que en la época medieval fue la Plaza del Grano, donde se
celebraban los mercados de pienso para los animales domésticos. Todavía
conserva este ambiente medieval en los soportales de sus vetustas casas y en el
crucero de la iglesia. Una fuente más moderna, en el medio de la plaza,
simboliza la ciudad de León por una columna con un capitel, y sus dos ríos,
por dos ángeles niños abrazados a la columna.
Siguiendo la "Rua
de los francos", que es peatonal en su parte última, se llega a la Plaza de San Marcelo, donde
está el Ayuntamiento. Frente a su fachada uno de los guías va comentando la
historia de la ciudad: la fundación romana, como campamento de la "Legión
VII Gemina", creada por el futuro emperador Galba en el año 68. Leovigildo
se apoderó de la ciudad de León en el año 585 y los árabes la conquistaron en
el 711, después de largo asedio. Hubo una primera muralla romana, que se amplió
por los godos y por los árabes. Ordoño I, García I y Ordoño II reestructuraron
la ciudad y Almanzor la destruyó de nuevo en el año 988. Más tarde fue la
capital del reino con Fernando I, Alfonso VI y Alfonso VII. La ciudad alcanzó
entonces su máximo esplendor político y económico y crecieron nuevos barrios
extramuros del recinto amurallado. Miles de peregrinos europeos pasaron por
León, camino de Compostela, durante los siglos XI y XII.
Hacemos un alto en el
devenir histórico para ver una exposición sobre el Camino de Santiago en
tierras de León, "200
kilómetros de Ruta Jacobea", en el interior del
Ayuntamiento: San Tirso de Sahagún, la iglesia de Bercianos del Camino, las
murallas de Mansilla de las Mulas, y la Catedral de León, destacan entre los monumentos
de la ruta que ya hemos recorrido, en las vistosas fotografías que observamos.
Un video sobre la historia del Camino de Santiago y sus principales hitos
artísticos, geográficos e históricos completa la exposición fotográfica. Entre
los lugares que han de pasar más allá de la ciudad de León, conmueven al
viajero la visión del Santuario de Santa María del Camino, el largo puente del
río Orbigo, el modernista palacio arzobispal de Astorga, Castrillo de los
Polvazares y Rabanal del Camino, las casas abandonadas de Foncebadón, la
"Cruz de Ferro", el puente y el crucero de Molinaseca, el castillo de
los templarios de Ponferrada, la calle del agua de Villafranca del Bierzo, y el
valle del Valcarce en el inicio de la subida a "O'Cebreiro".
Al salir del
Ayuntamiento, al fondo de la plaza, están el palacio de los
"Botines", diseñado por Gaudí, con su característica fachada
modernista, y el palacio de los "Guzmanes", que actualmente es la Diputación Provincial.
Los "Guzmanes" y los "Quiñones" fueron las familias más
poderosas de la nobleza leonesa durante los siglos XVI y XVII, y se disputaron
la una a la otra el predominio en las diversas facetas de la vida de la ciudad.
Por la antigua calle
Ancha, que fue una de las principales arterias de la ciudad romana y medieval subimos
hacia la Catedral
de Santa María de la Regla ,
la "Pulchra leonina", que está situada en la cota más alta de la
ciudad. La catedral gótica se empezó a construir a finales del siglo XII sobre
la planta de una iglesia más antigua, que estuvo en el solar de unas termas romanas.
Reinaban en la ciudad Alfonso IX y Doña Berenguela y era obispo Don Manrique
de Lara, miembro de la nobleza leonesa. La construcción duró más de cien años
y en 1302 fue abierta al culto.
El peregrino contempla las altas torres de
El interior de la Catedral tiene planta de
cruz latina, con una nave central, de mayor elevación que las dos naves
laterales, más anchas que la central. Estas naves laterales rodean al ábside,
en el que hay siete capillas, una de ellas dedicada al Apóstol Santiago. La luz
es una de las principales características de la catedral leonesa, por sus 737
vidrieras policromadas, que ocupan 1800 metros cuadrados
de sus paredes, y producen zonas de iluminación y penumbra sobre todo el interior
de la Catedral
y sobre cada una de las numerosas tallas escultóricas existentes. El Altar
Mayor y el Coro son también dignos de consideración especial.
Cerca de la Catedral está la Plaza Mayor , que tuvo
una gran importancia comercial durante toda la Edad Moderna.
Actualmente se celebra en ella un pintoresco mercado al aire libre. En esta
zona está la Torre
de los Ponce, entre casas de nueva construcción, junto a la calle Caño Badillo.
Fue llamada también la Torre
del Obispo, por su proximidad a las dependencias del Obispado. Es de las pocas
torres que quedan en la ciudad, y debió ser parte de la muralla medieval. Aquí
estuvo la "Puerta de la harina" muy cerca de la calle de los Panaderos.
La muralla continúa, en
buen estado, desde el ábside y el claustro de la Catedral , hacia el norte.
Por la Carretera
de los Cubos pueden observarse las torres amuralladas, que sobresalen entre las
casas. Rodeando la vieja muralla se llega a la Plaza del Espolón y a la Puerta del Castillo, la
única que queda en la muralla. Tiene una estatua de Don Pelayo y fue restaurada
en el siglo XVII. Por la Plaza
de la Puerta
del Castillo se llega a la parte de atrás de la Colegiata de San
Isidoro, otra de las joyas arquitectónicas de la ciudad.
San Isidoro es una basílica
de estructura románica, que se construyó para contener las reliquias del santo,
que se habían traído de Sevilla en la época del rey Fernando I. Aymeric Picaud
considera San Isidoro de León como uno de los cuatro puntos fundamentales del
Camino de Santiago en lo referente a la veneración de reliquias de santos. La Colegiata de San Isidoro
es una iglesia de planta de cruz latina, con tres naves y tres ábsides.
Destacan entre sus elementos artísticos los capiteles del pórtico y del
interior de la iglesia y la decoración pictórica del Panteón real, que ha hecho
que se conozca a San Isidoro como la "Capilla Sixtina del Románico
español".
La visita guiada termina
en la Plaza de
San Isidoro, junto a la fachada sur del templo. El grupo de peregrinos, muy
cansado ya por la larga visita, que ha sumado varias horas andando a las
habituales de cada día, descansa un poco al lado de las cadenas que hay entre la Colegiata y la Plaza de San Isidoro. Nos
separamos del grupo mayoritario de peregrinos, que vuelven al albergue, y nos
dirigimos a ver el Hospital de San Marcos.
Por la avenida de Ramón
y Cajal, rodeando la fachada oeste de San Isidoro, llegamos a la calle Renueva,
que otrora se llamó "Rua Nueva", y que fue la ruta de salida de la
ciudad de los peregrinos del Camino de Santiago. Después de la calle Renueva,
cruzando la avenida del Padre Isla, por la avenida de Suero de Quiñones, se
llega a la plaza de San Marcos, donde está el antiguo Hospital de peregrinos
del siglo XII, que hoy es un lujoso Hotel y la sede del Museo de León.
La tarde de domingo está
muy avanzada y en los bancos y paseos de la plaza se aglomera mucha gente. La
iglesia está abierta, lo que no es habitual. En la puerta hay varios invitados
a una boda. Poco después salen los novios y algo más tarde llegan los invitados
a otra boda. En el intermedio pasamos a ver la iglesia. Es de estilo gótico
tardío, con bóvedas de crucería estrelladas. Tiene una sola nave orientada al
norte, lo que no era tradicional en los templos cristianos, que lo estaban
según el eje este-oeste. Está dividida en cinco tramos, con capillas entre los
contrafuertes, y un crucero alineado con ellas. Por la tercera capilla y por
el crucero se puede pasar al recoleto claustro, que tiene una gran belleza
arquitectónica.
San Marcos
El monasterio original
se construyó en 1151 en un solar que la reina Doña Sancha donó para hacer un
hospital para los peregrinos del Camino de Santiago. La ciudad de León llegó a
tener diecisiete hospitales para peregrinos en la época de apogeo de los siglos
XI y XII. El hospital de San Marcos está junto al río Bernesga, en la salida de
la ciudad hacia Astorga. El actual monasterio se empezó a construir en el
siglo XVI para albergar a la sede central de la Orden de Santiago y contó
con el apoyo de Fernando el Católico.
Al salir del Monasterio
las sombras de la noche han cubierto la ciudad de León. Desde el puente del río
Bernesga puede verse la zona iluminada del Ensanche y del paseo de
Papalaguinda. Por el paseo de la
Condesa de Sagasta y por la calle de Colón entramos en el
corazón del Ensanche. Esta zona de la ciudad surge cuando el ferrocarril llega
a León en 1863. Se va construyendo en torno a la carretera de la Estación , que posteriormente
sería la avenida de Ordoño II.
El Ensanche era necesario para ampliar la ciudad
fuera del antiguo recinto amurallado, ya que se había quedado muy pequeña para
las clases acomodadas del comercio especializado, la incipiente industria y
los profesionales administrativos y de servicios. El Ensanche de León intentó
ser una copia del de Bilbao, con una Gran Vía, diseñada entre la plaza de Santo
Domingo y la de San Marcos, y ocupada actualmente por las calles de General
Sanjurjo y José Antonio. Posteriormente la zona centro de la ciudad se ha ido
desplazando hacia la avenida de Ordoño II, donde se encuentran los mejores
edificios, los comercios más elegantes y los bancos y las instituciones
financieras.
Desde la glorieta de
Guzman el Bueno y el monumento a los Reyes de León, al final de Ordoño II,
volvemos al albergue por el paseo de Papalaguinda. A estas primeras horas de
la noche hay todavía muchos viandantes junto al parque infantil y el pequeño
circuito deportivo. Pasamos por la antigua Facultad de Veterinaria, que fue
uno de los referentes académicos de la ciudad, y por la iglesia de San Claudio,
antes de rodear la Plaza
de Toros y llegar al albergue. Antes de dormir aún tuvimos ocasión de entablar relación
con Cristina y con algunos otros peregrinos, que continuaríamos viendo en
etapas sucesivas del Camino.
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