Pasado “Sarela da Baixo” puede verse el mojón kilométrico 86,722. Giramos a la derecha y retomamos la travesía por un camino que fluye bajo los eucaliptos. Este camino lo utilizaban las lecheras de Villestro para ir a vender la leche a Santiago. Manuel Vilar, en su “Camino al fin de la Tierra” nos lo relata así:
“Llegamos a la aldea de Sarela de Abaixo. Esta era “un lugar todo de arrieiros”, tal como nos cuenta una vecina que sobrepasa los ochenta años. Esta mujer igualmente nos informa que por donde sale el camino de la aldea se llama “Camiño Francés”,…”
El bosque de eucaliptos finaliza a la altura de unos chalets unifamiliares en “Moas de Abaixo”, lugar de la parroquia de Santa María de Figueiras, que dejamos a mano izquierda. De “Moas de Abaixo” los peregrinos salen hoy por la derecha y van hacia Carballal, siguiendo el “camiño das leiteiras de Villestro”.
La delimitación del “Camiño Xacobeo”, a raíz de 1997, está en la necesidad de separarlo de la carretera y del asfalto para una mayor comodidad y seguridad del peregrino. Pero este camino es también un camino histórico, porque las mujeres de Villestro, y otras, que andaban con los cacharros de la leche sobre sus cabezas, también hicieron historia.
Avanzamos por asfalto hasta el núcleo de Carballal, perteneciente a la parroquia de Villestro. Carballal es una pequeña aldea de 110 habitantes, según el padrón de 2013. A la salida de esta población nos aguarda un tramo de subida entre eucaliptos.
El camino es pedregoso al principio y de tierra sin compactar después. Pueden verse cazadores entrenando a sus perros en busca de presas. En la bajada, sobre una pista asfaltada, junto al mojón kilométrico 82,306, entramos en el núcleo urbano de Quintáns, que tiene casas de colores y un mirador sobre el valle.
Salimos de Quintáns cambiando varias veces de dirección y llegamos por un camino recto y asfaltado hasta el puente medieval sobre el río Roxos, que las personas mayores del lugar llaman el “puente romano”, indicándonos su antigüedad e importancia histórica. Está hecho de piedra, con tres arcos, el central de medio punto y los dos laterales adintelados. También tiene contrafuertes.
El Puente sobre el río Roxos, afluente del Sar, ha llegado hasta nuestros días en parte por el propio interés de la vecindad de Villestro, ya que estuvo a punto de desaparecer ante su previsible demolición, parece ser que porque no disponía de ancho suficiente para acoger la actual cantidad de vehículos.
El Camino de Santiago en su recorrido hasta Fisterra pasa por la parroquia de Santa María de Villestro, cruza el Puente sobre el río Roxos y comienza la subida hasta el alto del Vento. Antes del inicio de la subida hay un rincón con varias mesas para descansar a cobijo del sol.
Sin interrupción y casi sin esfuerzo alcanzamos el “Alto do Vento”, donde hay un bar-restaurante, junto a una urbanización llamada “El Bosque Animado”. En este punto abandonamos el concello de Santiago para entrar en el de Ames.
Continuando por una carretera recta llegamos a la aldea de Ventosa, el primer núcleo urbano de la parroquia de Covas, al que llegamos enseguida por el arcén de la carretera AC-453. Dejamos esta carretera para atravesar parte de la población de Ventosa, y regresamos a la carretera más adelante, a la altura de Lombao.
El ayuntamiento de Ames tiene una superficie de 80,9 km cuadrados. Está situado al oeste de Galicia, en el sur de la provincia de La Coruña, al suroeste de Santiago de Compostela y al este de Negreira y “A Baña”. En este ayuntamiento se encuentra la aldea de Ventosa y el “Alto do Vento”, que tiene 376 metros de altura sobre el nivel del mar.
A pesar de su carácter de tierra interior tiene condiciones climáticas propias de la zona litoral y su clima apacible pertenece al dominio oceánico húmedo con temperaturas medias en torno a los 14 grados. Las precipitaciones disminuyen en el período que va de mayo a septiembre.
En Lombao está el albergue Casa Riamonte, en el desvío a Ameixenda. Siguiendo la carretera AC-453 dejamos a ambos lados los desvíos a Bertamirans, Ameixenda y Castelo, y a continuación bajamos hasta “Augapesada”. El itinerario nos obliga a dejar la carretera para pasar junto al puente sobre el “rego dos Pasos”, un pequeño riachuelo que nace entre los montes de Tapia y Amigenda.
Resulta difícil distinguir la pequeña y dispersa localidad de “o “Augapesada”, de no ser por el pequeño puente que encontramos sobre el “rego dos Pasos”. Éste puente está construido con grandes losas, que se levantan desde hace mucho tiempo sobre el intermitente “arroyo dos Pasos”.
Este fue el antiguo paso obligado de los peregrinos sobre el pequeño afluente del Sar, hasta que la construcción de la carretera AC-453 relegó este puente a un mero elemento decorativo. Una vez superado el pequeño arroyo, nos enfrentaremos a la subida al alto del Mar de Ovellas, al que ascendemos por un camino rehabilitado, a la sombra de un bosque autóctono.
El alto del Mar de Ovellas, de 215 metros de desnivel, es la dificultad más relevante del Camino de Santiago a Finisterre. Nada más comenzar el camino hay un banco de piedra, que permite ajustarse la mochila y beber un poco antes de iniciar la subida. Vamos rodeados por un robledal y sentimos la dureza de las primeras rampas.
El primer kilómetro y medio subimos por camino y a la altura de un depósito de agua salimos a la carretera, lo que ayuda a suavizar la dureza de la subida. Aún hemos de recorrer ochocientos metros antes de coronar “ el alto do Mar de Ovellas”.
Desde lo alto el caminante apreciará una buena panorámica del valle de “A Maía”. Recobradas las fuerzas se inicia el descenso por la misma carretera. De forma rápida se atraviesa varios núcleos de población, como Carballo, donde se ubica una cruz en recuerdo de un hombre de Fisterra fallecido en el lugar, o Trasmonte, donde el viajero hallará un buen bar para hacer un alto.
En este punto se recomienda tomar un desvío señalizado que conduce a la iglesia de Santa María y a un cruceiro cercano. Este templo es de mediados del siglo XVIII y tiene en su fachada una torre-campanario de estilo barroco con una pequeña cúpula.
La ruta continúa rodeada en ocasiones de castaños, por los lugares de Reino, donde, desviado a 80 metros del itinerario, el caminante podrá localizar el Mesón O Pozo, y tomar una buena comida, o Burgueiros, para proseguir el descenso hasta el idílico paraje natural de Ponte Maceira, un monumental puente romano.
El camino asfaltado nos lleva hasta el río Tambre, que separa en dos el núcleo urbano de Ponte Maceira y sirve de división entre los Concellos de Ames y Negreira. A este lado del río la terraza de un bar brinda una excelente panorámica del magnífico puente de origen medieval, de finales del siglo XIV. Se vino abajo en varias ocasiones por las embestidas del río Tambre.
Al otro lado del puente se encuentra la capilla del Carmen o de San Blas. Es del siglo XVIII y a mediados del siglo XX se le adosó el ábside semicircular. A su derecha queda el pazo de Baladrón, construido también entre 1945 y 1955.