viernes, 27 de febrero de 2015

HASTA PALAS DE REY



Despertar en Portomarín. Iglesia de San Nicolás. Salida de Portomarín. Hacia Gonzar. Castromaior. Ventas de Narón. Hacia Guntín. Por la carretera de Lugo a Santiago. Ligonde. Portos. Lestedo. Vilar de Donas. La Orden de Santiago. Alto del Rosario. Bajada a Palas de Rey. Iglesia de San Tirso.




Aunque la mañana esté gris es un espectáculo despertar en Portomarín, cerca del embalse. El viajero toma su mochila y se dirige al mesón donde cenó la noche anterior, y desayuna copiosamente. Son las nueve de la mañana. No conviene madrugar más con este tiempo tan inestable. Antes de salir de Portomarín vuelve a admirar la iglesia de San Nicolás, una de las más hermosas de Galicia.



San Nicolás fue un templo fortaleza, y por eso su aspecto externo con cuatro almenas y estructura compacta. El ábside es similar a los de otras iglesias de estilo románico en tierras gallegas. La fachada principal con un rosetón, y la puerta de entrada, con archivoltas y un tímpano con relieves humanos, tiene el estilo del maestro Mateo, célebre por el Pórtico de la Gloria de la Catedral compostelana. El interior tiene una sola nave dividida en cinco compartimentos con columnas adosadas y arcos transversales. En las fachadas laterales, orientadas al norte y al sur, hay una puerta de acceso en cada una de ellas.



Desde la plaza de los Condes de Fenosa, por la calle principal, se baja hasta el puente sobre el río Miño, donde está una gasolinera, en el principio de la carretera a Ventas de Narón. Portomarín despide al viajero por la escalinata de la Virgen de las Nieves. Unos metros más adelante el camino se separa de la carretera y atraviesa por una pasarela un pequeño brazo del embalse, por donde confluye el arroyo de Torres. La ruta bordea la ladera del monte de San Antonio. En el alto de Cortapezas, junto a una factoría de cerámica, se vuelve a unir el camino con la carretera de Ventas de Narón.





Se continúa por una zona llana, donde hay una pequeña granja y algunos talleres de automóviles hasta las casas de Toxibó. Hay un hórreo grande entre las casas con una "venera" esculpida en una de sus paredes. Después de Toxibó la carretera sube un ligero repecho hasta Gonzar, donde se llega después de una hora de haber salido de Portomarín. Desde aquí hay unos ochenta y cinco kilómetros a Compostela, según se indica en uno de los "miliarios" del Camino.



Empieza a llover poco a poco, aunque va aumentando cada vez más. Los peregrinos van protegidos bajo la lluvia con fuertes impermeables de diversos colores. Llevan un andar pausado y cansino, sin duda influenciado por el mal tiempo. El arcén de la estrecha carretera está muy encharcado.


Gonzar debió ser muy importante en el Camino de Santiago. Pertenecía a la Encomienda de los Caballeros de San Juan de Portomarín. Ahora hay un pequeño refugio, y no más de once vecinos, que viven en casas construidas con las tradicionales planchas de pizarra. Las "corredoiras" del interior del pueblo están cementadas. En Gonzar hay un una iglesia con una espadaña y una escuela en estado ruinoso.


En un desvío de la carretera aparece Castromaior, donde está la iglesia románica de Santa María, del siglo XII, en buen estado de conservación. Tiene un arco triunfal y un retablo del siglo XVI, con imágenes de la Virgen María, San Roque y San Antonio. A la izquierda de la carretera, a la salida del poblado, puede verse la silueta de un castro celta, de gran tamaño, que ha dado nombre al pueblo.


El terreno ha ido subiendo paulatinamente desde el cauce del río Miño, en Portomarín, hasta los seiscientos metros de altitud de esta zona. Un poco más adelante se llega a "Hospital da Cruz", donde no quedan restos de este albergue para peregrinos, que debió clausurarse en el siglo XVIII. Por aquí pasa la carretera de Lugo a Orense, que poco más al sur tiene un desvío hacia Pontevedra. Hay mucho tráfico en esta carretera. Junto a ella hay un bar y varias casas diseminadas en el cruce.



A un kilómetro, por una pista asfaltada, se llega a Ventas de Narón, que fue un importante centro comercial en la Edad Media. Aquí se reunieron los caballeros gallegos en armas contra el Conde de Lemos, tal como se cuenta en una novela histórica, "Los hidalgos de Monforte", de Benito Vicetto. Hoy Ventas de Narón es una pequeña aldea, que no tiene más de seis vecinos. Aquí termina el municipio de Portomarín, y se pasa al de Monterroso. En Ventas de Narón está la capilla de "La Magdalena", y en algunas casas se ven escudos heráldicos.

Sigue lloviendo, y está cada vez más oscuro por el lado oeste, hacia la sierra de Ligonde, por donde el Camino de Santiago sigue hacia Eirexe y Lestedo. El caminante decide volver a la carretera de Lugo a Orense, y continuar hasta Palas de Rey por Guntín de Pallarés, en la carretera de Lugo a Santiago de Compostela, que discurre por la provincia ligeramente más al norte.

El viajero consigue que le lleven en coche hasta Guntín y espera allí a que mejore un poco el tiempo. En el camino un accidente produce un amplio "atasco". Una enorme grúa arrastra un camión que se había salido de la carretera por lo resbaladizo de la calzada con las primeras lluvias.

Cuando las nubes negras se desplazan hacia el sur y deja de llover, el viajero continúa su camino por la carretera de Lugo a Santiago de Compostela. El arcén está más seco y puede andar cómodamente. Un ligero viento sopla por la llanura gallega que se abre ante sus ojos. Una hora después de salir de Guntín pasa por el pueblo de "O Marco", de donde sale una carretera comarcal a Monterroso, la capital municipal de la zona.


Los peregrinos que siguen el camino de Ligonde inician una subida a la sierra, desde Ventas de Narón, alcanzando una altitud de 756 metros en la zona más alta de los montes. La cumbre de San Simón, al norte del camino, muestra sus antenas de telecomunicación. Al bajar se llega a la aldea de Previsa y al antiguo pazo de Lameiros, donde todavía se conservan algunas piedras heráldicas y una capilla dedicada a San Marcos. Junto a la capilla hay un "cruceiro" con grabados de la pasión y muerte de Cristo, y una calavera. Fue construido en el año 1672.
                                            
Un kilómetro más adelante está Ligonde, un antiguo centro jacobeo, que conserva una iglesia dedicada a Santiago, de estilo neoclásico, aunque con una portada románica, procedente de una iglesia del siglo XIII construida en el mismo lugar. Se tiene noticia documental de esta localidad desde el siglo X. El conde Osorio Vestráriz y su esposa cedieron parte de sus bienes para la construcción de un hospital que acogiera a los peregrinos a Compostela. La iglesia y el hospital fueron gestionados por la Orden de Santiago. Del hospital no queda actualmente más que un pequeño cementerio anejo. Todavía aparecía en el catastro del Marqués de la Ensenada, a mediados del siglo XVIII. Por Ligonde pasaron y pernoctaron el emperador Carlos y su hijo Felipe II.

El camino después de pasar Ligonde discurre por el valle del arroyo del mismo nombre y llega a la localidad de Eirexe, que significa en gallego "ecclesia". Es una pequeña aldea con varias casas. Un poco más allá cruza la carretera de Marco a Monterroso, junto al poblado de "As Cruces". Un kilómetro después se llega a Portos, cuyo nombre procede de los "puestos fiscales" romanos que había en la zona, o de los "pasos de piedra" gallegos para pasar cualquier vía de agua.


Más adelante está Lestedo, localidad que tuvo un pasado con mayor esplendor que su situación actual. Sólo quedan algunos vecinos. También se llamó "Nabal da Rua", porque junto al camino brota una fuente de agua muy fresca. La iglesia de Lestedo tiene una imagen de Santiago peregrino en el altar mayor. Valos es la siguiente aldea. Tiene un singular cementerio con los nichos hacia el exterior del lugar. Por Brea y Lamelas el camino se acerca a la carretera que va a Palas de Rey poco antes de llegar al Alto del Rosario.

Desde el cruce de Portos hay un desvío a Vilar de Donas. El templo románico de San Salvador de Vilar de Donas está considerado Monumento Nacional. Se encuentra a unos dos kilómetros de la carretera de Lugo a Santiago de Compostela. Perteneció a un monasterio fundado en el siglo XII por dos "donas" de la familia Arias de Monterroso. La iglesia fue construida en el año 1230, en estilo románico tardío, con elementos ornamentales góticos. La portada tiene tres pares de columnas y sus correspondientes archivoltas. En el interior hay una sola nave con tres ábsides semicirculares unidos al crucero. Detrás del altar mayor hay un retablo que representa el milagro de "O Cebreiro".

La Orden de Santiago se fundó en el año 1170, durante el reinado de Fernando II. En Galicia residieron en Lugo, Portomarín, Chantada, Melide y Sobrado, y también en el antiguo Monasterio de Santa María de Loio y en Vilar de Donas. En 1184 aparece citado este último lugar en documentos relacionados con la Orden de Santiago. Fue Casa Capitular de la Orden y lugar de sepultura de los caballeros santiaguistas residentes en Galicia. Los caballeros de la Orden protegían a los peregrinos a Compostela y regían iglesias y hospitales. En Vilar de Donas estuvieron los caballeros de Santiago durante toda la Edad Media.

Desde Vilar de Donas se puede ir hasta el Alto del Rosario y la pequeña aldea del mismo nombre. En los días claros puede verse desde aquí el llamado Pico Sacro, muy ligado a la historia de las peregrinaciones a Compostela. El Pico Sacro está al sur de Santiago de Compostela. Desde allí los peregrinos meridionales veían las torres de la ciudad de Santiago, igual que desde el Monte del Gozo, en el "Camino Francés". En el Pico Sacro estuvo el Monasterio de San Sebastián, del que todavía se conserva su capilla.
 
En este día no puede verse el Pico Sacro desde el Alto del Rosario. Han vuelto a aparecer las nubes negras y ha llovido intermitentemente. En algunos casos el viajero ha tenido que guarecerse de la lluvia, en los momentos de mayor intensidad, en las paradas de los autobuses de la carretera. Los peregrinos salen del camino por Lamelas empapados en la humedad ambiental. En el Alto del Rosario hay un moderno mesón. El viajero decide secarse un poco y tomar un café caliente en el bar.

Por la bajada del Alto del Rosario a Palas de Rey vuelve a llover. Dos kilómetros más adelante aparecen las nuevas instalaciones deportivas de la localidad. En Palas de Rey concluía la etapa duodécima del itinerario de Aymeric Picaud, según el "Codice Calixtinus", antes de llegar a Compostela. Aymeric Picaud debía viajar a caballo para hacer en una jornada estos trayectos tan largos. En la Edad Media se concentraba en los alrededores de Palas de Rey toda el "hampa" que deambulaba en torno al peregrino: meretrices, vividores y simples ladrones, que algunas veces dejaban literalmente "en cueros" a los ingenuos romeros.


En la carretera, que hace de calle principal en Palas de Rey, está el albergue del Camino de Santiago. El viajero pasa por el albergue para sellar su credencial. No sabe todavía si se quedará allí o continuará un poco más camino de Melide. En la misma carretera está la Casa parroquial y cerca de ella la iglesia de San Tirso. De la construcción original solamente se conserva la portada románica. Junto a la iglesia se ha construido un "cruceiro", y cerca de allí está el monumento al peregrino, con su esclavina y sayal, sobre un pedestal en granito de las sierras lucenses, del que salen los caños de una fuente.

Tambien se conserva la fachada de una casa medieval, decorada con "vieiras", que debió ser un hospital de peregrinos. En una plaza circular próxima a la iglesia hay una estatua de San Tirso. La riqueza monumental del conjunto del municipio es mucho mayor que la de la localidad de Palas de Rey, con más de veinte iglesias románicas. A la salida de la ciudad está la indicación del castillo de Pambre, la fortaleza de los Ulloa, y un cartel que da ánimos a los caminantes. Ya sólo quedan sesenta y cinco kilómetros a Compostela.








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