domingo, 7 de diciembre de 2014

EL BIERZO

26. CAMINO DE VILLAFRANCA DEL BIERZO

Salida de Ponferrada. El corredor industrial de Cuatro Vientos. Camino histórico. Compostilla. Columbrianos. Fuentes Nuevas. Camponaraya. Historia de Camponaraya. Camino de Cacabelos. Cacabe­los. Un encuentro fortuito. El Monasterio de Carracedo. Vuelta a Cacabelos. "Castrum Bergidum". Pieros. Camino a Villafranca. Entrada en Villafranca del Bierzo.


El viajero y Teresa salen del albergue temprano y desayunan en un bar de la plaza de la Encina. El cielo está gris y amenaza lluvia. Algunos peregrinos, que quedaron el día anterior en Molinaseca, y llegan a Ponferrada tan de mañana, traen puestos los chubasqueros. El viajero está preocupado porque no lleva un buen equipo para la lluvia. Salen del bar y rodean de nuevo el Castillo de los Templarios para cruzar el río Sil por el puente de Ojeda. Muchos caminantes pasan por Ponferrada a esta hora y toman el camino del Bajo Bierzo.


Por la avenida del Camino de Santiago entran en la antigua carretera de La Coruña. Nada más salir del casco urbano de Ponferrada se cruza la vía del ferrocarril. El clima continúa nuboso, aunque sólo produce un pequeño "orvello", como dicen en León, similar al "chirimiri" vasco, que poco a poco va desaparecien­do. Siguen pasando muchos peregri­nos en peque­ños grupos por el corredor industrial de Cuatro Vientos. Teresa suele conversar animadamente con algunos de ellos. El inicial núcleo urbano de Cuatro Vientos ha crecido mucho. Actualmente tiene más de tres mil quinientos habitan­tes, que pertenecen al municipio de Ponferrada. Al entrar en Cuatro Vientos hay una imagen de "Fray Escoba", San Martín de Porres, el célebre fraile de las películas, que recibe a los peregri­nos de Santiago que pasan por allí. Cuatro Vientos tiene una iglesia bajo la advocación de Jesús Divino Obrero y celebra su fiesta el día primero de mayo. La zona industrial está formada por fábricas y almace­nes, a ambos lados de la carretera, hasta el cruce de la autovía de circun­valación de Ponferrada, y muy cerca de las primeras casas de Camponaraya.

                                                             Alrededores de Ponferrada

En otro tiempo los peregrinos cruzaban el río Sil por el "Puente de Hierro", y salían de Ponferrada hacia el norte, por la zona de Compostilla, la carretera de Villablino y el pueblo de Columbrianos. Actualmente Compostilla y Colum­brianos están unidos a Ponferrada. En Compostilla está la Central Térmica, que se veía desde la carretera de Molinaseca. Las escombreras de combustible y de residuos usados por la "Térmica", como dicen por aquí, han hecho desaparecer la traza histórica del Camino de Santiago. Compostilla es un barrio diseñado en su mayor parte por el arquitecto Francisco Belo­rrillo, con viviendas obreras, buenas instalaciones deporti­vas  y zonas ajardinadas. Compostilla fue un enclave urbano más antiguo que la propia Ponferrada. Antigua­mente hubo aquí un hospital y un albergue de peregrinos. La iglesia de Nuestra Señora del Refugio se construyó sobre una ermita más antigua con el mismo nombre. 
  
                                                               Central Térmica de Compostilla
                                                   
La ruta de peregrinos cruzaba el Canal del Bajo Bierzo antes de entrar en Columbrianos, junto a la carretera de Villablino. Columbrianos aún tiene restos de castros pre­rromanos y algunas casas blasonadas, herencia de su antigua nobleza. Hay una iglesia parroquial dedicada a San Esteban y dos ermitas, una llamada de San Juan y otra de San Blas. Hubo un antiguo hospital de peregrinos. A la salida de Columbrianos se pasaba la vía del ferrocarril a través de un pequeño túnel y se alcanzaba la carretera de Vega de Espinareda. En este lugar está el Monasterio de San Andrés, actual Colegio Dioce­sano, que fue fundado por San Genadio, en el siglo X, en pleno auge de la práctica monacal y eremita en el Bierzo. el actual monasterio está reconstruido en el siglo XVIII, en estilo neoclásico, siendo una de las más relevantes construcciones de estas características artísticas en la comarca. En este monas­terio está enterrada Doña Jimena Muñiz, amante del rey Alfonso VI y miembro de la nobleza berciana.


Un par de kilómetros más adelante, por un camino  que discurre entre casas y huertas se llega a Fuentes Nuevas. En este pueblo existe una iglesia parroquial dedicada a Santa María de la Asunción, con grandes vidrieras y una ermita llama­da del Campo del Divino Cristo. En Fuentes Nuevas hay una fuente, un crucero y la Casona de los Cartujos. Por la calle Real de la localidad, constituida en Camino Real, se llega a Camponaraya, en poco más de un kilómetro, pasando por campos fértiles, regados por el río Naraya, que discurre muy cerca del camino de Fuentes Nuevas y de la carretera que viene de Cuatro Vientos.  
                                                                                                                                       
                                                             Fuente (Camponaraya)

Camponaraya es un pueblo muy extendido a lo largo de la carretera que es también el camino de los peregrinos. Campo­naraya es una localidad resultado de la unión en el siglo XV de las aldeas de Campo y de Naraya. Esta última se cree que existía ya en el siglo IX, junto al río de su mismo nombre. Hubo dos hospitales de peregrinos, uno de ellos en la actual ermita de la Soledad. Por Camponaraya pasó el primer peregrino extranjero conocido, el obispo francés Godescalco de le Puy, en el año 950. 

                                                                 Monumento (Camponaraya)

Camponaraya perteneció al Monasterio de Carracedo y se desarrolló en la baja Edad Media con el auge del camino jacobeo. Durante la Edad Moderna continuó siendo un señorio eclesiástico de este monasterio, con aumentos discontinuos de población, dedicada fundamentalmente al cultivo de la vid. La crisis del Antiguo Régimen, la Guerra de la Independencia y los procesos desamortizadores cambiaron su estructura social. La desamortiza­ción de Madoz produjo la "redención de los foros", pasando las tierras del Monasterio de Carracedo a los colonos que las habían labrado anteriormente con dependencia monacal. Camponaraya tiene actualmente más de tres mil habi­tantes y conserva diversas casas nobiliarias, como la Casa de los Quiñones, la Casa del Priorato, la Casa de Ucieda y una iglesia en honor de San Ildefonso, arzobispo de Toledo.

  
Al salir de Camponaraya se toma una pista que sale a la izquierda de la carreteraa, junto a la cooperativa vinícola Viñas del Bierzo. El camino hasta Cacabelos discurre entre la carretera y la nueva autovía de Galicia, a través de viñedos y árboles frutales, por el valle del arroyo Magaz. Junto a esta corriente de agua hay un frondoso bosque, que sirve de cobijo al peregrino en los días soleados del verano. El clima del Bierzo, protegido por las montañas que lo rodean, es más caluroso de lo esperado para zonas de esta latitud. Un poco más adelante se cruza la carretera y se entra en Cacabelos por un amplio camino que llega al barrio de Cimadevilla, bajando la cuesta de San Bartolo hasta la calle de los peregrinos.


Cacabelos fue restaurado y repoblado por el obispo de Santiago de Compostela, Diego Gelmírez, después de su destrucción por un terremoto en 1108. En esta época se cons­truyó la iglesia de Santa María de la Plaza, de la que puede verse todavía el ábside original. Los peregrinos pasan por la plaza de San Lázaro, donde hay todavía una fuente, enfrente del lugar en que estuvo el hospital de leprosos, hoy converti­do en un mesón. Al lado está la ermita de San Roque. Siguiendo la calle de los Peregrinos, que ahora se llama de Santa María, se llega a la plaza porticada, que es el centro comercial de la villa. En esta plaza está el monumento al Vendimiador. La producción de vino, uno de los mejores del Bierzo, con denomi­nación de origen, y las plantacio­nes de tabaco, son las prin­cipales ocupaciones de los cuatro mil ochocientos habitantes del pueblo.

                                                                  Calle de Cacabelos

El viajero y Teresa estaban descansando y comprando algunas vituallas en una pequeña tienda, cercana a la plaza porticada, cuando se encontraron a Alfonso y a otro compañero de camino. Alfonso trabaja en una sucursal de la Caja de Ahorros de Madrid, próxima al domicilio del viajero, y recono­ció a Teresa por su voz. A veces es difícil distinguir a los caminantes con sus vestimentas propias del camino, tan distin­tas de las usadas en Madrid. Compartimos el descanso y un bocadillo durante un rato. Después continuamos por las calles del pueblo hasta el río Cua y la carretera al Monasterio de Carracedo.


Por el Instituto de segunda enseñanza "Bergidum Flavium", llamado así en honor al romanizado castro astur, siguiendo la carretera hacia el sur, a tres kilómetros de Cacabelos, se llega al Monasterio de Carracedo, que se encuen­tra en un paraje casi idílico, entre chopos, huertos y árboles frutales. El Monasterio fue fundado por Bermudo II en el año 992, en honor de San Salvador, y habitado por monjes benedic­tinos. Tras las invasiones de Almanzor quedó abandonado y hubo de ser recons­truído por Alfonso VII y por su hermana Doña Sancha en el año 1138. Fue ocupado por una comunidad cister­ciense en 1203, y en el siglo XIII Alfonso IX lo utilizó como Palacio Real y resi­dencia de su esposa Doña Teresa.


Durante la Edad Moderna el Monasterio poseyó grandes territo­rios en todo el Bajo Bierzo. En la Guerra de la Inde­pendencia se reunieron en sus dependen­cias los diputados leoneses de las Cortes de Cádiz. El paso del ejército francés y los enfrenta­mientos con españoles e ingleses redujeron a ruinas algunas partes del Monasterio. La desamortización y sus secuelas completaron su estado de abandono hasta la restaura­ción par­cial iniciada en 1991.

                                                               Monasterio de Carracedo

En Carracedo se puede visitar actualmente la Igle­sia, de estilo neoclásico, del siglo XVIII, reconstruída sobre la primitiva iglesia románica. La restauración de la techumbre de la Iglesia ha producido opiniones contrapuestas sobre su idoneidad y adaptación al conjunto monumental. La entrada al Monasterio, en la fachada sur, conserva la primitiva puerta románica. El Claustro Regular es del siglo XVI y fue recons­truído en el año 1791. La Sala Capitular y el Locutorio son una magnífica expresión del arte cisterciense. De la época como Palacio Real se conserva la Cocina y el Mirador de la Reina. El Refectorio de los monjes y la Biblioteca son del siglo XVI. El conjunto arquitectónico está considerado Monu­mento Histórico Artístico desde el año 1929.


Al volver a Cacabelos, se cruza el río Cua por un puente de cinco arcos construído en el siglo XVIII. Anterior­mente, los peregrinos pasaban por un puente romano que aún se mantiene en pie a cien metros del puente actual de la carrete­ra. Pasado el río se encuentra el Santuario de la Virgen de las Angustias, construido en estilo neoclá­sico, en el siglo XVIII, sobre un antiguo hospital de peregrinos. En el inte­rior de la iglesia hay un retablo con el Niño Jesús jugando a las cartas con San Antonio de Padua.

                                                                     Rio Cua (Cacabelos)

En Cacabelos conviene visitar el Museo Arqueológico, en el que hay restos de las épocas astúrica y romana. A menos de dos kilómetros de Cacabelos estuvo "Castrum Bergidum", la capital de los astures, en el actual "Cerro de la Ventosa", muy cerca del pueblo de Pieros, en el camino de Villafranca del Bierzo. La ciudad astur fue conquistada por Tiberio Graco en el año 29 de la era cristiana, y después romanizada y llamada "Bergidum Flavium", en honor del emperador Vespasiano en el año 74. En la época medieval se quiso repoblar el anti­guo "Castrum Bergidum", y llamarlo "Castro de la Ventosa", aunque persistió el actual emplazamiento en el llano de Ca­cabelos. En esta zona se produjo la batalla entre los ejérci­tos francés e inglés, el día 3 de enero de 1809, en plena Guerra de la Independencia. Por aquí pasaban las vías romanas Nova y Augusta, que unían Braga con Lugo y Astorga. En Pieros hay actualmente una iglesia, que está consagrada a San Martín por el obispo Osmundo de Astorga, el que constryó el "Puente de Hierro" de Ponferrada.


Pasado Pieros el Camino de Santiago discurre parale­lamente a la carretera durante tres kilómetros y después se desvía a la derecha entre vides y otra vegetación de monte bajo. Atraviesa el arroyo Valtuilles y sube una pequeña cuesta antes de rodear la montaña que le permite divisar las primeras casas de Villa­franca del Bierzo. El camino entra por la zona donde está el albergue municipal, de reciente construcción, y el antiguo albergue privado, perteneciente a la familia Jato. El peregrino y Teresa encuentran alojamiento en el albergue municipal, donde habían llegado poco antes Alfonso y su compa­ñero.


Después del aseo y de una reconfortante comida algunos caminantes duermen la siesta. Se han levantado en algún caso a las cinco de la mañana para recorrer los caminos del Bierzo. Otros lavan su escasa ropa y la tienden al sol para que se seque para el día siguiente. Un peregrino brasile­ño conversa en el comedor con el compañero de Alfonso. El viajero se acerca a ellos y les saluda. El brasileño comenta las dificultades de la etapa del día siguiente y su compañero de conversación le dice al viajero que le conoce y le pregunta si ha sido profesor de química en un instituto de Madrid. Le dice que ha sido alumno suyo, aunque no le reconoció al cru­zarse en Cacabelos, pero ahora si, al oír su voz.



No hay comentarios:

Publicar un comentario