1. SALIENDO DE MADRID
Plaza de Castilla. Puerta de Europa. Los barrios del norte de la ciudad. Fuencarral. La iglesia de la Virgen de Valverde. M-40. El Monte del Pardo. Autovía de Colmenar: Ciudad Escolar, Colegio San Fernando, Valdelatas, Universidad Autónoma.
Salir de Madrid hacia Santiago de Compostela andando supone la pretensión de hacer un largo viaje de 670 kilómetros. Es una mañana soleada del mes de junio y ya hace calor en la Plaza de Castilla, desde donde se puede empezar el camino hacia Compostela. Al caminante le despiden las altas torres inclinadas, que llaman la “Puerta de Europa”.
Torres inclinadas (Plaza de Castilla)
Las torres se han construido en los últimos años, en el contexto del Proyecto general de urbanización de la zona, aprobado en noviembre de 1989. El equipo técnico del arquitecto neyorquino John Burgee y algunos ingenieros españoles asumieron la construcción de estos colosos de ciento quince metros de altura, con veinticinco plantas. Cada una de las torres tiene una base cuadrada de treinta y cinco metros de lado y una inclinación de 14,3 grados. Las fachadas son de vidrio, aluminio y acero inoxidable. En las terrazas hay unos helipuertos de cuatrocientos metros cuadrados de superficie. Desde los últimos pisos puede verse el Paseo de la Castellana y buena parte de Madrid como si fuese una maqueta a los pies de un elevado observador.
Es un día de diario cualquiera y entran muchos coches en la Plaza de Castilla. El viajero, con su mochila al hombro, no es la estampa habitual de un día laborable en esta zona de Madrid. Quizá si fuera domingo podría confundirse con un excursionista de la cercana Sierra de Guadarrama, pero no es éste el caso. Poco a poco va recorriendo el Paseo de la Castellana hacia la Ciudad Sanitaria “La Paz ”. La mochila se hace muy pesada en estos primeros minutos, a pesar del entrenamiento realizado anteriormente.
Al llegar a la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, algunos simpatizantes del Club, sin ocupaciones laborales inmediatas, están sacando entradas para ver el espectáculo deportivo de esa mañana. El equipo entrena algunos días en medio de la semana, antes de la confrontación del domingo.
Un poco más adelante, el viajero rodea por la izquierda el Hospital de La Paz y avanza hacia el puente sobre la autovía de Colmenar que le conduce al Barrio de Begoña. A la izquierda queda el Barrio del Pilar, que construyó José Banús en los años sesenta, con el primer desarrollismo de la ciudad.
El Barrio del Pilar es una de las zonas más pobladas del norte de Madrid. En sus calles, con nombres de localidades gallegas, se produjeron los primeros movimientos vecinales, en el final del franquismo, contra la construcción del centro comercial Madrid-2, llamado también "La Vaguada ". Estos movimientos estaban auspiciados por los pequeños comerciantes, que temían perder sus pingües beneficios económicos por la competencia de las grandes superficies.
En el Barrio de Begoña se ven las primeras flechas amarillas que nos acompañarán en todo el trayecto hasta Compostela. Por la calle de San Mateo el caminante llega al Hospital Ramón y Cajal, otra de las grandes concentraciones sanitarias del norte de la ciudad. Continúa al borde de la autovía de Colmenar hasta la avenida del Cardenal Herrera Oria, antigua "Carretera de la playa", una de las calles de mayor tráfico a estas horas de la mañana de los días laborables. Cruzándola el peregrino entra en el poblado de Fuencarral.
Esta antigua población fue fundada por el rey Alfonso VI en el siglo XI y tuvo cierta relevancia en tiempos de Juan II de Castilla y de los Reyes Católicos. Posteriormente ha tenido carácter de villa con los reyes de la Casa de Austria y gran prosperidad económica con los Borbones. La reina Ana de Austria, esposa de Felipe II, después de casarse en Segovia visitó durante varios días el pueblo de Fuencarral, famoso en la Corte por las monterías que se realizaban en sus alrededores. Felipe V, mientras fue pretendiente a la corona, durante la Guerra de Sucesión, estuvo acampado en la localidad, antes de entrar en Madrid, donde fue bien recibido por sus habitantes.
Fuencarral ha visto pasar la Guerra de la Indepen dencia y la desamortización de Mendizábal, que afectó a algunos de sus conventos. Pascual Madoz en 1840 escribió:
"... la villa tiene 451 casas, la mayor parte de un sólo piso,...dos escuelas, una para niños y otra para niñas,...y una iglesia parroquial..."
En el censo de 1910 se indicaron 3102 habitantes y 3877 en el de 1920. En 1951 se incorporó a la ciudad de Madrid como uno de sus distritos municipales. En los últimos años ha ido tomando el aspecto actual en que convive el centro antiguo con la zona industrial y con las nuevas urbanizaciones.
Por las calles de Sabadell, Badalona, Caldas de Estrach y San Cugat del Vallés el viajero llega hasta las tapias de la Federación de Tenis Madrileña. Esta es una zona de nuevas construcciones que contrastan con las antiguas de la Uni dad Vecinal de Absorción (UVA) por la que hemos pasado anteriormente.
Nuevos barrios del norte de Madrid
Por detrás de las pistas de tenis se alcanza la avenida en que se ha convertido la carretera de Fuencarral al Pardo en este lugar de nuevas construcciones, (Las Tablas, Monte Carmelo). El viajero cruza la autovía de Colmenar por el puente de la carretera del Pardo y sigue por un sendero que bordea la tapia del cementerio. Este viejo camposanto lleva construido más de cien años. Aquí descansa Agustín Rodríguez Sahagún, uno de los últimos alcaldes de Madrid.
Después de dejar atrás el cementerio se cruza el ferrocarril y la M-40 por un paso bajo ambas vías de comunicación. El peregrino ha entrado poco antes en la ermita de la Virgen de Valverde, que se conserva en buen estado. Ha sido restaurada varias veces desde su construcción en los primeros años del siglo XVIII. El culto de Nuestra Señora de Valverde es muy anterior a esta fecha. Félix Verdasco considera la aparición de la imagen en 1242, en plena Reconquista contra los moros. La última restauración se ha efectuado en 1992 para conmemorar su 750 aniversario. El peregrino ha recorrido el pequeño santuario y ha disfrutado un poco del frescor del interior. Fuera va haciendo mucho calor en este mediodía del mes de junio.
Tapia del Monte de El Pardo
Pasada la M-40 el caminante va subiendo por un sendero hasta la tapia del Monte del Pardo. Va pensando que este enclave ecológico tiene una gran importancia para la vegetación y la fauna a la que da cobijo. Es un ecosistema típico de bosque mediterráneo con jaras, matorrales y encinares en que conviven aves, mamíferos, anfibios y reptiles. En otro tiempo hubo linces y lobos, aunque ya son especies extinguidas en la zona. La cuenca alta del Manzanares y el macizo rocoso de La Pedriza , unidos a este monte, tienen una gran influencia en el clima de Madrid. Los asentamientos urbanos demasiado próximos y las vías de comunicación rápida, cada vez más agresivas para el monte, hacen precisa una mayor protección de esta reserva natural.
El caminante continúa junto a la tapia mientras se va acercando a la vía del tren y a la autovía de Colmenar. Desde aquí se divisa un paisaje con suaves lomas y tierras calizas. Al otro lado de la autovía de Colmenar una vía de servicio permite el paso a diversas instituciones escolares y hospitalarias de la zona.
El primer acceso es el de la Ciudad Escolar , que fue construida e inaugurada en 1968. Es un conjunto arquitectónico formado por varios pabellones independientes para albergar a las alumnas del Colegio de las Mercedes, que acogía en el centro de la ciudad a más de trescientas niñas de la beneficencia, durante los primeros años del régimen franquista. Se pretendió tener mil seiscientas alumnas, algunas de ellas en residencia y otras en régimen mediopensionista. Se impartieron enseñanzas de preescolar de dos a seis años, enseñanza primaria, bachillerato, preuniversitario y formación profesional e industrial.
Actualmente la Ciudad Escolar continúa en funcionamiento, pertenece a la red pública de la Comunidad de Madrid, y dispone de unas buenas instalaciones deportivas en una amplia finca con pinares. La antigua residencia alberga al Hotel-Escuela, una de las más prestigiosas escuelas de hostelería madrileñas. En el aula magna o salón de actos de esta institución se celebran congresos y reuniones políticas, académicas y de cualquier otra índole, por la gran amplitud de sus instalaciones, el buen acceso por la carretera de Colmenar y la capacidad de aparcamiento de automóviles entre los diversos edificios.
Un poco más adelante está el Colegio San Fernando, que es un instituto de Educación Secundaria, con varios pabellones y enseñanzas de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Ciclos Formativos de Formación Profesional Específica. Junto a alumnos de los barrios madrileños del norte de la ciudad, de la que depende administrativamente, han compartido enseñanza chicos de las cercanas poblaciones de Alcobendas, San Sebastián de los Reyes y Tres Cantos.
Después aparece el Hospital Psiquiátrico de Valdelatas, un kilómetro más adelante de la Ciudad Escolar. Es un complejo sanitario-residencial, con más de mil quinientas camas, que alterna la función de hospital de día para enfermos psíquicos integrados en el medio familiar, con la residencia fija para enfermos más graves. Fue inaugurado en 1968, a la vez que la Ciudad Escolar con la que compartió las mismas fechas de construcción.
Finalmente llegamos a la Universidad Autónoma , construida desde 1969 a 1971, después de la Reforma de la época del ministro Villar Palasí. Las Universidades Autónomas de Madrid, Barcelona y el País Vasco se gestaron como modelos alternativos a las Universidades tradicionales, ubicadas en el entorno ciudadano, con diferencias iniciales significativas en relación a los Planes de Estudios y a la extracción del profesorado. El "campus" de Cantoblanco, donde quedó ubicada la Universidad Autónoma de Madrid, se inauguró en el mes de octubre de 1971 con las Facultades de Ciencias, Ciencias Económicas, Derecho y Filosofía y Letras. La Facultad de Medicina se construyó junto a la Ciudad Sanitaria La Paz , por donde pasó el viajero antes de entrar en el Barrio de Begoña.
En los últimos años el "campus" de Cantoblanco se ha visto ampliado con la construcción de unas nuevas Facultades de Derecho, Psicología y Biología, una Escuela Técnica de Informática y varios Institutos Universitarios especiales, dependientes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. El viajero entra en las zonas arboladas de la Universidad para descansar un poco y para comer un bocadillo antes de continuar camino de Tres Cantos. Después de los primeros kilómetros de ruta el contacto de la hierba en los pies es una sensación muy refrescante. Unos cuantos estudiantes salen de un examen, comentan sus aciertos y errores en corrillos, y poco a poco se dirigen hacia los autobuses o hacia el tren para volver a Madrid. El viajero hacía tiempo que no entraba en las dependencias universitarias. Antes de marcharse se acerca al "hall" de la Facultad , de la que han salido los estudiantes, y lee algunos de los anuncios diversos que ocupan los tablones, e incluso muchas de las paredes.
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