La salida de Corcubión se realiza junto a la iglesia de San Marcos. Tomamos las escaleras de la derecha y por la calle de las Mercedes vamos hacia el campo del Rollo, que tiene un parque infantil. En este punto ascendemos por una calzada, siguiendo un riachuelo que fluye entre las rocas y que nos gratifica con unas bonitas vistas de Corcubión y Cee.
La ruta asciende una loma y hay que emplearse a fondo para superar la corta pero exigente rampa que sube hasta el campo de San Roque, donde se encuentra un albergue, y la aldea de Vilar. Más adelante, tras cruzar la carretera, tomamos un camino que desciende nuevamente hasta la AC-445.
Caminando casi siempre por el arcén pasamos Amarela y después Estorde. A la entrada de Sardiñeiro dejamos un trecho la carretera para regresar después a ella, y la abandonamos a la altura de la rúa Nova. En Sardiñeiro se acaba volviendo a recuperar las vistas del mar.
Sardiñeiro tiene una playa en un entorno urbanizado, con un paseo marítimo reciente, construido en madera, y con un pequeño y cuidado parque. La playa tiene forma de concha, con base de arena de color blanco. Hay servicio de vigilancia de la Cruz Roja durante el verano, y presencia de Policía que patrulla la playa.
Nos despedimos de esta localidad por un agradable tramo, que fue Camino Real. Finaliza este tramo en un mirador sobre Fisterra y el Cabo de Finisterre. Tras cruzar de nuevo la carretera descendemos súbitamente para rodear la cala del Talón. Otro breve tramo de carretera conduce hasta Calcoba, donde brota el extenso arenal de Langosteira.
En Calcoba muchos peregrinos deciden recorrer este camino a pie de playa, un recorrido más auténtico, aunque el camino oficial avanza tras las dunas. Recorrer la playa de la Langosteira se convierte en un último trámite suave y agradable. En verano es sumamente difícil evitar la tentación de tenderse en la playa, tomar el sol y jugar con otros compañeros peregrinos...
La playa de Langosteira, de casi 3 km. de longitud, es la playa más turística del municipio de Finisterre, y sin duda la más visitada de la Costa de la Muerte. Cuenta con multitud de servicios: paseo marítimo, accesos para minusválidos, y una riqueza marisquera y natural de gran importancia “el longueirón”.
En su honor se celebra “La Fiesta del Longueirón”, con casi veinte años de historia. Esta fiesta gastronómica, que se ha colocado entre las más importantes de Galicia, sirve para hacer propaganda de la joya culinaria del municipio, este molusco parecido a la navaja y que se recoge en las playas del fin del mundo. Se celebra la fiesta el primer fin de semana del mes de agosto.
Al pie de la playa encontramos la casa que perteneció y fue lugar de veraneo de Camilo José Cela. Muchos peregrinos del camino en Santiago atraviesan esta playa para llegar hasta el final de su peregrinación, el cabo Finisterre.
Según la tradición, los peregrinos completan realmente el camino cuando llegan al cabo y queman la ropa que utilizaron durante el trayecto, ritual que simboliza el inicio de una nueva vida. Se cree que su origen enraiza con una costumbre pagana, previa a la cristianización, que llevaba a contemplar la puesta de sol donde acababa la tierra, el “Finis Terrae” romano.
Acabada la playa de la Langosteira se llega ya a la población de Fisterra. Se accede a ella por el barrio de San Roque y se pasa junto a la cruz de Baixar, un crucero de granito del siglo XVI. En el anverso está representado Cristo crucificado y en el reverso María Inmaculada con el niño Jesús. Por la calle Santa Catalina se llega a la calle Real, donde está el albergue público y donde nos darán la Fisterrana.
Son pocos ya los metros que nos quedan hasta el albergue, que se encuentra céntrico, justo al lado del puerto, de llamativo color azul claro, el albergue de la Xunta está regentado por Begoña, la hospitalera. Hay muchos otros albergues privados también.
Tras el albergue pasaremos junto a la capilla de Nuestra Señora del Buen Suceso, iglesia barroca de 1743, situada en la plaza de “Ara Solis”. El crucero de esta iglesia muestra a Cristo crucificado y a la Virgen del Socorro.
La ruta asciende una loma y hay que emplearse a fondo para superar la corta pero exigente rampa que sube hasta el campo de San Roque, donde se encuentra un albergue, y la aldea de Vilar. Más adelante, tras cruzar la carretera, tomamos un camino que desciende nuevamente hasta la AC-445.
Caminando casi siempre por el arcén pasamos Amarela y después Estorde. A la entrada de Sardiñeiro dejamos un trecho la carretera para regresar después a ella, y la abandonamos a la altura de la rúa Nova. En Sardiñeiro se acaba volviendo a recuperar las vistas del mar.
Sardiñeiro tiene una playa en un entorno urbanizado, con un paseo marítimo reciente, construido en madera, y con un pequeño y cuidado parque. La playa tiene forma de concha, con base de arena de color blanco. Hay servicio de vigilancia de la Cruz Roja durante el verano, y presencia de Policía que patrulla la playa.
Nos despedimos de esta localidad por un agradable tramo, que fue Camino Real. Finaliza este tramo en un mirador sobre Fisterra y el Cabo de Finisterre. Tras cruzar de nuevo la carretera descendemos súbitamente para rodear la cala del Talón. Otro breve tramo de carretera conduce hasta Calcoba, donde brota el extenso arenal de Langosteira.
En Calcoba muchos peregrinos deciden recorrer este camino a pie de playa, un recorrido más auténtico, aunque el camino oficial avanza tras las dunas. Recorrer la playa de la Langosteira se convierte en un último trámite suave y agradable. En verano es sumamente difícil evitar la tentación de tenderse en la playa, tomar el sol y jugar con otros compañeros peregrinos...
La playa de Langosteira, de casi 3 km. de longitud, es la playa más turística del municipio de Finisterre, y sin duda la más visitada de la Costa de la Muerte. Cuenta con multitud de servicios: paseo marítimo, accesos para minusválidos, y una riqueza marisquera y natural de gran importancia “el longueirón”.
En su honor se celebra “La Fiesta del Longueirón”, con casi veinte años de historia. Esta fiesta gastronómica, que se ha colocado entre las más importantes de Galicia, sirve para hacer propaganda de la joya culinaria del municipio, este molusco parecido a la navaja y que se recoge en las playas del fin del mundo. Se celebra la fiesta el primer fin de semana del mes de agosto.
Al pie de la playa encontramos la casa que perteneció y fue lugar de veraneo de Camilo José Cela. Muchos peregrinos del camino en Santiago atraviesan esta playa para llegar hasta el final de su peregrinación, el cabo Finisterre.
Según la tradición, los peregrinos completan realmente el camino cuando llegan al cabo y queman la ropa que utilizaron durante el trayecto, ritual que simboliza el inicio de una nueva vida. Se cree que su origen enraiza con una costumbre pagana, previa a la cristianización, que llevaba a contemplar la puesta de sol donde acababa la tierra, el “Finis Terrae” romano.
Acabada la playa de la Langosteira se llega ya a la población de Fisterra. Se accede a ella por el barrio de San Roque y se pasa junto a la cruz de Baixar, un crucero de granito del siglo XVI. En el anverso está representado Cristo crucificado y en el reverso María Inmaculada con el niño Jesús. Por la calle Santa Catalina se llega a la calle Real, donde está el albergue público y donde nos darán la Fisterrana.
Son pocos ya los metros que nos quedan hasta el albergue, que se encuentra céntrico, justo al lado del puerto, de llamativo color azul claro, el albergue de la Xunta está regentado por Begoña, la hospitalera. Hay muchos otros albergues privados también.
Tras el albergue pasaremos junto a la capilla de Nuestra Señora del Buen Suceso, iglesia barroca de 1743, situada en la plaza de “Ara Solis”. El crucero de esta iglesia muestra a Cristo crucificado y a la Virgen del Socorro.
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